Retrospectiva Política.

Retrospectiva Política
Retrospectiva Política

Por: Lic. Ricardo Melgarejo Torres.
Camaradas de este medio de comunicación “El Látigo” les saludo con el mayor de los gustos.
Les recuerdo que la anterior publicación le toco al presidente que prometió defender al peso mexicano como un perro y acabo teniendo una súper propiedad llamada “La Colina del perro” José López Portillo.
Si respetamos la cronología, le toca el turno a Miguel de la Madrid Hurtado (Colima, Colima, 12 de diciembre de 1934-Ciudad de México, 1 de abril de 2012) fue un político mexicano, presidente de México del 1 de diciembre de 1982 al 30 de noviembre de 1988.
Miguel de la Madrid fue el presidente que introdujo en México el modelo económico neoliberal, el mismo que durante su sexenio arruinó a grandes masas de mexicanos, que revirtió la nacionalización bancaria, que devaluó sin parar la moneda, que inauguró en el país los términos hiperinflación y gasolinazo, que incitó un repudio popular generalizado, y que sigue vigente hasta la fecha. Sin embargo, lo que más se recuerda de su sexenio es el turbio proceso electoral de 1988, el de la “caída del sistema” y que impuso en la Presidencia a Carlos Salinas de Gortari.
El saldo social, sexenio tras sexenio desde 1982 es el mismo: Empleos insuficientes, precarios y mal remunerados, desde entonces no ha habido gobierno capaz de crear el millón, o poco más, de puestos de trabajo que se necesitan cada año y pagos insuficientes: a la fecha el salario real no ha podido recuperarse de los desplomes de los sexenios.
Durante los primeros cinco años de su sexenio los precios de los alimentos y de los bienes y servicios de consumo generalizado subían todos los días; a veces varias veces en el mismo día.
Con Miguel de la Madrid no fue un año de alta inflación. Fueron todos. El año inicial, 1983, pero también 1986 y 1987 fueron el caos. En 1987 no hubo mes que no estuviera por arriba del 100% anual. Ese penúltimo año cerró con una inflación anual de 159.17%.
Con De la Madrid hubo gasolinazos que eran verdaderos golpes al bolsillo de la gente: los aumentos, que llegaron a ser de 50% o más, llegaban sin aviso. En cifras oficiales: en 1983, en el primer año de su gobierno, el litro de gasolina magna terminó en 41 pesos (de los de entonces), nueve pesos más que al término de 1982. Para 1987 la magna ya costaba 573 pesos el litro, pero aun así el aumento en el sexenio fue de casi mil 300%.
De la Madrid sólo aguantó un año sin devaluar, pero a partir de 1984 se fue con todo contra el peso. Con el propósito de evitar la fuga y la dolarización, el dólar era la mercancía más barata, el presidente no tuvo empacho en devaluar y devaluar.
En 1983 el tipo de cambio cerró en 148.35 pesos por dólar (de los viejos, o 0.14925 de los actuales) y en 1988 ya estaba en 2 mil 300 pesos (2.30 sin los tres ceros). Es decir, el precio del dólar aumento mil 450% en su sexenio. En 1988 el dólar costaba casi 16 veces lo que valía en 1983.
De paso les hago notar, esas continuas devaluaciones dejaron colgados de la brocha a los muchos empresarios que habían contratado préstamos en el exterior, que de la noche a la mañana vieron crecer exponencialmente sus deudas en dólares. En el país el financiamiento era imposible: o no había créditos o los que había estaban por las nubes.
En efecto, las tasas de interés, que además de servir para reducir el dinero en circulación se usaron como mecanismo para atraer inversión extranjera, así fuera golondrina, también tuvieron alzas nunca vistas.
Por dar una idea, la tasa de los cetes, que servía de referencia, llegó en varios meses de 1986, 1987 y 1988 a rebasar 300%, aunque en el promedio anual fueron de 100%, 160% y 220%, respectivamente.
Esto era insostenible. Pero la dinámica propia del endeudamiento, intereses que no se pueden pagar, se renegocian y pasan a formar parte del capital, llevó a la deuda en el sexenio de Miguel de la Madrid a niveles inéditos.
De la Madrid aplicó una medicina amarga y lo hizo de la mano de un equipo formado en las escuelas más “vanguardistas” de la economía ultraliberales y conservadoras, fanáticas del libre mercado y opuestas a la intervención del Estado en la economía, donde se encontraban personajes que luego tejerían su propia historia: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Pedro Aspe, Guillermo Ortiz, Jaime Serra Puche… entre muchos otros.
También fue tutelado por el Fondo Monetario Internacional, que nunca tuvo tanta presencia en México como en esa época, y quien dirigía prácticamente la cirugía aplicada a la economía nacional en esos años.
En aras del equilibrio macroeconómico De la Madrid aplicó continuamente recortes al gasto público; aumentó sin piedad los precios de las gasolinas, de todos los energéticos y en general de los bienes y servicios del sector público.
También eliminó gradualmente los subsidios a los alimentos básicos: pan, tortilla y leche. E inició la privatización y desaparición de empresas públicas: de mil 150 que había dejó poco más de 400. Del resto se encargarían Salinas y Zedillo. Compactó el número de bancos de 62 a 18. Para ganarse la confianza de los empresarios les regresó 34% de los activos de la banca que expropió López Portillo y los apoyó, a través de un fideicomiso, para que resolvieran sus problemas de deuda en dólares.
De la Madrid vivió experiencias de repudio que no se veían hacía mucho: la rechifla generalizada en la inauguración del Mundial de Futbol en 1986; la explosión de una bomba molotov en Palacio Nacional lanzada desde abajo por un manifestante, cuando el presidente, su gabinete y sus invitados presenciaban el desfile del Primero de Mayo, en 1984.
En lo político a De la Madrid le tocó vivir el más grande rompimiento en el PRI: Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo encabezaron un grupo de priistas inconformes con la conducción económica y política del gobierno, formaron la Corriente Democrática y abandonaron el PRI para luego, junto con otras fuerzas partidistas, formar el Frente Democrático Nacional que postuló a Cárdenas candidato presidencial en 1988. En la cuenta de De la Madrid también está la famosa caída del sistema durante el cómputo de los votos ese año, que le dio el triunfo a Salinas.
Pero si aún no es suficiente con lo que antecede; lo siguiente no es cualquier cosa.
“El Negro Durazo” fue detenido en Puerto Rico por el FBI a requerimiento de las autoridades aztecas, que le procesaron por tráfico de drogas, tenencia de armas, extorsión, homicidio en múltiple grado y otros cargos de delitos cometidos durante el sexenio lopezportillista, fue extraditado en 1986, recibiendo una condena de 16 años de prisión de los que cumplió seis.
El otro personaje fue Jorge Díaz Serrano, el antiguo director de PEMEX destituido por López Portillo en 1981 por discrepancias sobre la política de precios del petróleo. Díaz fue desaforado como senador y terminó también en prisión por las ilegalidades cometidas en su gestión al frente del monopolio.
En septiembre de 1985 y luego de la victoria del PRI en las elecciones al Congreso, un terremoto de 8 .1 grados en la escala de Richter sacude a la Ciudad de México muriendo posiblemente más de 20.000 personas y miles quedaron sin hogar. Tanto las declaraciones del Presidente de la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto, le valieron severas críticas a su administración. Esta tragedia además cargó a las apuradas cuentas públicas los costos de la reconstrucción de las infraestructuras y prestaciones del devastado Distrito Federal.
El 5 de octubre de 1987 la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) explotó ante el incontrolado proceso de ventas, perdiendo el 50% de su volumen de capitalización. El hecho coincidente con el crack de la Bolsa de Nueva York, sólo pudo ser detenido con la urgente entrada en las operaciones de compra de Nacional Financiera.
El 18 de noviembre, el gobierno dispuso una devaluación del peso del 55% y el tipo de cambio intervenido se fijó en las 2.278 unidades por dólar, haciéndolo coincidir con el tipo de cambio libre. De enero a diciembre de 1987, la moneda mexicana había perdido el 192% de su valor tras sucesivas depreciaciones y la inflación para los doce meses registró la tasa del 160%.
Con de la Madrid se cerraba una época, pues el mandatario, a diferencia de sus predecesores, renunció a incrementar el presupuesto federal como fórmula para contener las presiones sociales.
El hundimiento de la BMV se produjo un día antes de la designación por de la Madrid de su candidato para las elecciones de 1988.
Mis queridos lectores con esto, que considero suficiente para recordar al ilustre deudor a la patria.
Me despido y hasta la próxima.
“Ni letras y menos los ideales deben ahogarse en el tintero”

About El Látigo Digital 28895 Articles
El Látigo Digital somos periodismo profesional

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*