Por Juan Luis Díaz
Un cajero automático se quedó con la puerta de seguridad abierta y con los billetes a la vista y a la mano de cualquier persona que pudiera pasar por el lugar; lo anterior, luego de que personal de la empresa SEPSA abastecieron de efectivo el dispositivo pero no lo cerraron bien. ¿Accidente o dolo?
La historia para “Ripley”, sucedió la noche de este miércoles en la plaza comercial ubicada en la entrada principal a Haciendas de Aguascalientes, y en donde se ubica una sucursal de Bancomer con dos cajeros automáticos y un kiosco en el área de estacionamiento en donde se ubican otros dos dispositivos.
Un ciudadano que pretendía hacer uso de uno de los cajeros, al entrar al kiosco se dio cuenta que una de las tapas no estaba bien cerrada, y antes de asomarse para ver el interior, decidió llamar a los servicios de emergencia.
Elementos de la Policía Municipal del Destacamento Terán Sur ingresaron al kiosco y revisaron el cajero solo para llevarse una tremenda sorpresa. La tapa que estaba abierta era la placa de seguridad y a la vista se encontraban todos los billetes que contenía el cajero.
En una primera instancia y tras reportar al propio banco, aparecieron los trabajadores de SEPSA quienes argumentaron que era un procedimiento “normal” de mantenimiento, pero nunca imaginaron que el “error” fuera tan evidente como para exhibirse de esta forma.
Finalmente se logró conocer que al cerrar el cajero, la tapa no quedó bien sellada y el empleado si metió la llave y corrió el pasador, pero con la puerta prácticamente abierta. ¿Error?
En el entendido de que habían concluido con su labor, se retiraron del lugar “sin imaginar” que la tapa había quedado abierta y con los billetes a la vista y a la mano de cualquiera.
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