Por Osharu.
Sin lugar a dudas, el anuncio de la culminación del Centenario Hospital Miguel Hidalgo en Aguascalientes, fue un detonante de esperanza, ilusión y anhelo entre la población de la región incluso, toda vez que, la demanda en materia de cobertura de salud ha sido y es, el mayor de los retos gubernamentales, por ende, es necesario voltear a revisar la operatividad actualmente del mismo, encontrándonos para eso, con las versiones compartidas para ELA, por parte de personal despedido, en activo, familiares de pacientes y estos últimos, sacando conclusiones entre tanto, el hecho donde se evidencia la problemática en torno al establecimiento de jornadas de trabajo con grado de esclavitud, envueltas en la presencia de actos de corrupción, como se visualiza el quehacer al interior del nosocomio, el cual, con alto sentido de cinismo en consecuencia, arroja finalmente la afectación en el servicio, para toda la ciudadanía que así lo requiere .
En definitiva la valoración es alarmante, al tener las jornadas laborales tan agobiantes, inhumanas y fuera de orden, dado que, se les exige sin miramiento alguno, no se diga, a trabajadores suplentes, doblar hasta tres turnos, sin que siquiera, se tenga la remuneración como tal, así lo nombran pero es una farsa, también es demasiado notorio el vale madrismo de los directivos en torno a éste preocupante tema, pues, a los empleados de inducción, además los utilizan como burritos de carga, engañándolos bajo las promesas de oferta de plazas y mejores condiciones salariales, en fin, son argumentos del diario, causando irritabilidad, molestia, descontento y finalmente sumisión entre la comunidad de servidores públicos que son encargados de los cuidados médicos de todos los pacientes admitidos en ese entro de salud, donde, sin aspa vientos, les justifican mandos de primer nivel “las puertas están abiertas, si no les gusta, adelante pueden salirse por alguna de ellas” así las cosas, ojalá fuera aplicado éste criterio vano y ruin desde el propio Secretario de Salud, así como el Director General y sus subordinados miembros del organigrama, debido al olvido que se da por completo del lado humano, personal y familiar de esas personas, quiénes se convierten en esclavos, provocando cansancio, tan alarmante, ya que, se pudiera dar una negligencia en detrimento del estado de salud de los enfermos, a consecuencia de la explotación que se tiene de ellos.
Innegablemente son cuestiones de dos filos, por un lado, si se negaran a cubrir las ordenanzas, se someten a la serie de amenazas que se hacen, relativas a que se mancharan su expediente y se complicará tal cosa para el otorgamiento de las nuevas plazas que se concedieran en un futuro, como recientemente se hizo, en promedio unas 25, ni hablar, es una cadena de complicidades y encubrimientos entre directivos y personal de recursos humanos, sencillamente no hacen más que, dar instrucciones para que sin excepción se cumplan, a pesar de lo que conlleva de no dormir ni alimentarse, e inclusive, descuidar su vida familiar irremediablemente.
En ese sentido es importante decirlo, no se cuenta ni con medicamentos, ni material electro médico tan indispensable, a pesar de lo que afirme por las autoridades, complicando por consiguiente, la tarea de cuidados y sanación de los enfermos, causándoles un daño patrimonial a sus familiares, en virtud de que absorben ese costo, de lo contrario, no se les brinda atención mucho menos solución de curación, ese es el verdadero esquema que se da en la institución de salud, orgullo aparentemente, puesto que, si no se resuelven las necesidades primarias ¿qué se puede esperar de todo lo demás? son cuestionamientos no sólo de personal adscrito a ese hospital, si no, de los mismos ciudadanos, que no se tragan las excusas oficiales de argumentación política, sobre el recorte presupuestal, falta de apoyo de la federación, destacando la obligación constitucional del Estado para brindar esos servicios sin distingo, generando las dudas, de la aplicación de los millonarios recursos públicos.
En otro orden de ideas, la existencia de las represalias, amenazas son factor de intimidaciones y abusos perpetuados en el ambiente del CHMH, por mencionar otro dato por demás bochornoso y lleno de sospechosismos, nos referiremos a la falta de entrega de los contratos que les hacen firmar sin concederles copias, situación que deja en el limbo el desconocimiento pleno de sus derechos y obligaciones o de plano, la cantidad exacta estipulada como remuneración, como ejemplo se tienen casos donde no les llega completamente su apoyo salarial, sin poder reclamar, teniéndose el desconcierto del destino de esas cantidades faltantes.
La falta de supervisión, control y el favoritismo imperante, no se diga, en el sector privado, es una característica como se conducen, dejando en evidencia todo el negro e ignorante proceder de los responsables, creando el mal funcionamiento y/o operatividad del llamado Centenario Hospital, al que, se le habilitaron mayores servicios, pero con los mismos recursos humanos, sin posibilidad a incrementarse, bueno, de plano es menester comentarlo, con que se cumplan los requerimientos básicos y justos, como lo descrito con antelación, es más que una osadía, de seguir así, solamente habrá grandes pérdidas incluyendo las humanas.
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