Por Oscar Manzano.
Indiscutiblemente desesperado y ansioso
me encuentro,
al venir la muerte en camino
para rendirle usufructo
de aquel Municipio asombroso…
Leyendas urbanas corren
historias precisas se tornen,
los barrios ya están olvidados
y la llorona, despliega en su voz el grito
¡hay mis hijos!
me dejan aquí muy solito,
sin encontrarme tantito.
De vivos y de pend…os
están llenos los panteones,
no son ahora elecciones
para rendirles tributo,
a todos aquellos viejos
que del Agüitas hicieron…
un sitio de convivencia
digno, ejemplar y auténtico!!!
en la madre!! ya nos la dieron
con las obras de ocurrencia,
al ir perdiendo la decencia,
difuntos rezaban en campo santo.
Los moribundos andan en pena,
pero sobre aquella
Alameda bella,
descansarán los restos políticos
del Presidente,
que aunque le cuente a la gente,
protegido si lo fue,
más el demonio lo sigue
para el ajuste de cuentas.
“Dime de que presumes…y te diré de que careces”
alardeaba la Catrina,
como era una dama fina
que en la justicia divina,
simplemente reposaba,
todas aquellas tranzas
que le fueron heredadas;
pero al calvario llegaron
para sumarse a su causa,
diría la muerte en su andanza,
aquí me topé contigo,
y de ésta, te sacaré hasta ese ombligo,
por la exigencia que traigo,
del Aguascalientes merecido!!!
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