Leyendas de Vida…

Leyendas de Vida…
Leyendas de Vida…

Por: Ricardo Melgarejo Torres.

Participo al lector de “El LATIGO DIGITAL” mi primera intervención en este medio, hecho que agradezco infinitamente al Lic. Oscar Manzano, por darme la oportunidad de escribir en este órgano de comunicación tan aceptado por toda la ciudadanía.

Por otro lado y agregándome a los “ecos de esta prensa” con la satírica que siempre regala el buen humos, las parodias y sus exageraciones, que sin estas sería una lectura tediosa y sin ningún interés. Sin perder de vista que ocasiones haré uso de la ficción.

También y sin censura enjuiciaremos a los diferentes partidos políticos y gobiernos e instituciones religiosas, con críticas al estilo de “EL LATIGO” causticas y contundentes.

De igual forma escribiré algo que me apasiona en la sección más nostálgica y sentimental rayando a lo cursi que es: Poemas, reflexiones, coplas, fantasías, el verso libre, lírica, prosa, apologías, axiomas, retóricas, aforismos y apotegmas, con la cautela de no respetar las estructuras o forma natural de expresión lingüística, ni me sujeto a las exigencias del arte de escribir; así pues dependo de sus consideraciones; aceptando las críticas.

De tal manera que si logro transmitir mi estado emocional, no pediré nada más, con esto me sentiré más que complacido; recuperando el tiempo invertido; ofreceré las más profundas y jubilosas gracias por haberme interpretado el espíritu de lo que escriba.

Empecemos:

Esto está dedicado a las generaciones nacidos en los 50’.

Soy un liberal respetuoso.

Y basándome en el razonamiento del Dr. Oscar Frese dice:

A qué edad nos morimos?

– A los 82 años las mujeres, a los 79 años los hombres. Pero se puede prolongar esta edad con calidad de vida, mejorando alimentación, hábito de actividad física y manejando el estrés. Se trata de llegar a ese final sin depender de otros.

– ¡Eso es ser generoso! Cuidarse y prepararse para no molestar a los demás. “Envejece bien, quien ha vivido bien”, dijo Pitágoras. Y vives bien si piensas en los demás.

Qué es envejecer?

– Ir perdiendo capacidades, pero mientras puedas valerte… ¡envejeces bien!

– El envejecimiento normal: vas adaptándote a paulatinas pérdidas. ¡Lo indeseable es el envejecimiento patológico!

¿Qué es un envejecimiento patológico?

– Un envejecimiento prematuro que te conduce a la dependencia.

– Se da en el 12% de los mayores de 65 años: consume muchos recursos públicos.

¿Qué ocasiona ese envejecimiento prematuro?

– Una enfermedad acelerada… o que esa persona no se ha cuidado bien. ¡Y esto depende de cada uno, es perfectamente evitable!

No tanto si soy pobre…

– Es verdad que el poder económico y un buen sistema sanitario público palían el envejecimiento prematuro. ¡Pero hay muchas otras cosas que puedes hacer!

– Haz ejercicio. Come de todo, en horas regulares y poca cantidad. Evita el sobrepeso. Duerme siete horas. No fumes ni te intoxiques. Mantén la presión arterial entre 80 y 120. Mantén el colesterol bajo…

Factores fisiológicos y psicológicos: hay circunstancias que pueden envejecerte mucho, como la muerte de un ser querido, el desempleo, las penurias económicas…

¿Algún consejo al respecto?

– Ahorrar un fondo de retiro

Procura mantener siempre una actitud activa y positiva. Sonreír, reír. ¡Un día no reído es un día perdido!

– Cultiva tus amistades. Construye tu propia red social.

– Porque la soledad es la peor compañera: ensimisma, entristece, deprime, produce erosión cognitiva… ¡Te envejece!

¿Tener amigos rejuvenece, pues?

– Sí. Y también tener siempre un proyecto: estudiar algo, practicar un deporte…Colaborar en una actividad solidaria.

¿Envejeces mejor si eres solidario?

– Sí, porque eso genera paz interior, tranquiliza el ánimo, te sientes bien íntimamente. ¡Trata bien a la gente de tu entorno, sé amable! Una mala cara no soluciona nada.

¿Por qué se da entre ancianos el síndrome de Diógenes?

– Acumulan como si así fuesen a vivir más. La lección es que sólo existe el presente: ¡vive el día de hoy! (“Carpe diem”).

“Con la mochila ligera”.

¿Con pocas cosas?

– Sí, y en un espacio sencillo, luminoso, alegre, cómodo. No recargado.

¿Cómo juegan amor y sexo en la vejez?

– El amor es imprescindible: permite vivir más intensamente. Importa la complicidad en la pareja, la ternura, ¡y tocarse…! El sexo puede expresarse en una caricia, un beso, no en aquel que tuvimos.

Cite un peligro al acecho del anciano

– Una caída. El anciano arrastra los pies… y ahí está la alfombra. ¡Fuera alfombras! Y desniveles, escalones, bañeras. Ducha a ras de suelo.

¿Por qué es tan peligrosa la caída?

– A esas edades, una operación por rotura de fémur comporta riesgo de infección hospitalaria, urinaria, respiratoria, fiebre… y entrar en la cascada de la dependencia.

Prevengamos caídas, pues

– Calzado cómodo. Al levantarse, hacerlo despacio para evitar cambios de presión y mareos. Y empuñaduras en el baño.

¿Jubilarse envejece?

– Sólo si esperas reconocimientos, recompensas, visibilidad: hay que acogerse a la propia red de amigos. Y no sentirse un estorbo ni caer en el “síndrome del mayordomo”.

Explíquese

– No permitir que te haga nadie tus gestiones: ¡preserva tu autonomía! Y vive en tu propio espacio, o estorbarás. Y sufrirás: eso envejece. Por mucho que te quieran y te adoren… procura cuidarte tú.

Algunos se deprimen al constatar su decadencia física

– Preocuparse demasiado de la apariencia externa es infructuoso: lo mejor es velar por el interior, por un espíritu activo y positivo.

¿Cómo prepara usted su vejez?

– Voy despejando todo lo que pueda estresarme y me pregunto: “¿Qué quiero hacer?”.

Resuma qué hacer para envejecer bien

– Cuida de la propia salud, mima a la red de amigos, sé optimista, sé solidario, respeta a la gente del entorno. Y déjalo todo planificado para tu final: ceremonia, entierro, testamento. Que nadie tenga que estresarse por tu causa ¡es la máxima generosidad!

La vida en la tierra es un paso, el amor un espejismo, pero la amistad es un “hilo de oro” que sólo se rompe con la muerte. ¿Tú sabes? La infancia pasa, la juventud la sigue, la vejez la reemplaza, la muerte la recoge. La más bella flor del mundo pierde su belleza, pero una amistad fiel dura para la eternidad. Vivir sin amigos es morir sin dejar recuerdos.

Hasta la próxima y les recuerdo. “No olviden ser felices”

 

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