CC Agropecuario es un naufragio de reglas operativas.

Por Osharu.

Desde el punto de vista social, el Centro Comercial Agropecuario en Aguascalientes, está considerado como uno de los espacios de mayor trascendencia y relevancia en términos de satisfactor de las necesidades ciudadanas e inclusive, de amplia variedad para abastecer los micro negocios tan tradicionales y funcionales, como lo son, las tiendas de abarrotes, en las  cuales, se obtienen gran parte de los artículos de primera necesidad a bajo costo y de manera más efectiva, es decir, si se comparan con las cadenas comerciales de marcas establecidas, encontraremos la diferencia.

Sin embargo, como dice Juan Pueblo, “no todo lo que brilla es oro”, así utilizamos los diferentes puntos de vista que hacen los clientes asiduos, para dar un punto de vista analítico, que permite encontrar las irregularidades y desórdenes que le caracteriza para estar a la vanguardia y con mejores condiciones operativas y de servicio, es más, iniciaremos con las problemáticas legales que se visualizan a raíz de sucesos que están fuera de regla.

Adentrándonos en ese asunto, con miras a que Aguascalientes goce de un espacio comercial de altura y competitivo, observamos que contrario al Reglamento de Condominio y Administración del Centro Comercial Agropecuario, se ejercen actos fuera de regla, como el de reservar espacios de estacionamientos, ajustar los locales comerciales más allá de su espacio físico, invadiendo hasta los pasillos que son aparentemente de exclusividad de los usuarios clientes, aunado a las que se les modifica su construcción, desde derribar muros, cavar subterráneos, ampliar altura, o bien, hasta  la expropiación de áreas de uso común, lo que, es para beneficio de unos cuantos exclusivamente.

Es importante retomar esta investigación periodística, considerando el rol importante de informar a la ciudadanía, que son a ellos, quienes afectan o benefician los hechos que sucedan en ese espacio del Agropecuario, por tanto, se evidencia la nula aplicación del orden y la reglamentación, teniendo un naufragio de reglas operativas, oponiéndose a las que marca la hacienda pública municipal de Aguascalientes, o sea, en casos de incendios como recientemente se tuvo una experiencia, no hay inspección de prevención de siniestros, como normalmente lo estila Protección Civil, es más, tampoco existe las revisiones de higienes y salubridad, mucho menos la seguridad; si bien es cierto, ser un condominio entre particulares, también es cierto, que como dotador de servicios y venta de productos a los ciudadanos, esa transacción se hace necesaria se de en los mejores términos y condiciones, no dejando de ser un ejercicio público.

Acostumbrados a dirigir los destinos sin costos políticos, luego entonces, se hacen de la vista gorda las autoridades municipales, como evidencia de que si pero no, tenemos los actos de la ex Alcaldesa Lorena Martínez, quién les fue a dizque pavimentar en fecha pasada, haciendo sólo un juego de chapopote que les brindó al estilo de sus obras, por otro lado, Toño Martín Del Campo le entró un poco más de lleno en acondicionar las áreas de estacionamientos; por tanto, surge la interrogante ¿a veces le entra el municipio y otras veces no?, ni hablar, tendremos que tomar más argumentos, sobre todo jurídicos, para dar una puntual descripción de ¿hasta dónde? y ¿Cómo? en busca de  que la insana competencia, de tantas plazas comerciales autorizadas en el MuniAgs, inclusive de inversión extranjera, no afecte los intereses del bolsillo de la población de Aguascalientes y sus alrededores, teniendo a garantía de un mejor y digno Centro Comercial, que a los ciudadanos les satisfaga, independientemente de las inconformidades y molestias internas que se tengan y que se ocupan atender y resolver.

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