Incremento de 3.3 por ciento a la tarifa de luz.

cfeA partir de este primero de noviembre, la Comisión federal de Electricidad aplicará un incremento del 3.3 por ciento a la tarifa de uso doméstico, contraviniendo la promesa presidencial de que no aumentaría este servicio, además de que se suma a una serie de aumentos que en conjunto, aumentan el deterioro de la economía de las familias de los trabajadores.

Jesús Enrique Ramírez Pérez, dirigente de la CROM aseguró que este aumento, se suma al de la gasolina, medicinas, azúcar y a los precios de algunos perecederos de consumo básico, que conjunto, “continúan dañando la economía de las familias de los trabajadores”.

Dijo que el último golpe asestado por el gobierno a la mermada calidad de vida lo representan los incrementos a las tarifas de energía eléctrica que para el sector industrial aumentarán entre 5.6 por ciento y 7.2, para el sector comercial,  el incremento será de entre 3.3 y 5 por ciento, mientras que la de uso doméstico de alto consumo registrará un alza de 3.3 por ciento.

Aunque las tarifas de bajo consumo se mantendrán sin aumento, “el incremento a l tarifa de los energéticos terminan por impactar en un aumento de precios, pues los industriales y los comerciantes, trasladarán de inmediato esos aumentos a los consumidores”.

Indicó que en los últimos 24 meses, ha habido varias embestidas al poder de compra del salario de los trabajadores como son los aumentos a las gasolinas y diésel, el desliz del tipo de cambio que pasó del rango de los  14 pesos a 19, y ello necesariamente ha implicado aumento de precios, mientras que el aumento del salario mínimo se ha mantenido inalterado, lo que ha ocasionado que los trabajadores compren menos productos, afectando su calidad de vida.

Desafortunadamente las políticas económicas privilegian el mantenimiento de indicadores macroeconómicos y no las necesidades de las clases más pobres del país, por eso se explica el aumento en el número de pobres, que desafortunadamente se ha vuelto una tendencia.

Consideró que mientras las políticas de desarrollo social estén sustentadas en la entrega de despensas, que por cierto, son muy pequeñas respecto de las necesidades de los trabajadores, habrá más mexicanos en la pobreza y la miseria.

Reiteró el llamado que ha formulado en los últimos meses para que el salario mínimo sea incrementado de manera emergente, dado que los ingresos de los obreros se quedaron desde hace mucho tiempo en el rezago.

Sería saludable que el salario mínimo se incrementara en un rango que permita compensar los más recientes aumentos, como el de la energía eléctrica, sin especificar el porcentaje de aumento salarial, ya que sería tema de la propia Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, pero sobre todo, un tema de “voluntad política del gobierno federal para hacer justicia salarial a los trabajadores del país”.

Es una situación muy lamentable que se tiene que valorar, debido a que los incrementos en precios, como el de la luz, pegan fuerte y directamente a quienes menos tienen.

 

Por Redacción

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