Por Osharu.
De acuerdo a experiencias ordinarias que se presentan en materia de remodelación, acondicionamiento, mejoras de construcción en algunas fincas, sobre todo, las ubicadas en el centro de la ciudad de Aguascalientes, por eso, son motivo de análisis, toda vez que, revisando y haciendo comparativos, se deduce la parcialidad y/o elitista del criterio empleado, en éste caso, por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Sobre el particular, se hace indispensable asumir el rol de observación, en virtud de que, mientras que en edificios de carácter religioso, llámese Templos, como la evidencia de éste ejemplo, en relación a lo que normalmente acontece en la Catedral Basílica, donde se les permite colocar lonas publicitarias, tallar los muros de cantera para su consabida limpieza o remozamiento, entre otras más acciones que normalmente suceden, no se diga, de aquellos esfuerzos que emplean algunas cuadrillas, conformadas por servidores públicos, pertenecientes al MuniAgs, contrario a lo sancionado como se exhibe, en un lugar de distribución de alimentos, instalado en la periferia de la Plaza de Armas, muy a pesar de las tareas simples que se tuvieron, motivo acreedor de una infracción.
Ante ésta descripción comparativa, es necesario cuestionar esa parcialidad distintiva con la que se conducen, en afán de salvaguardar intrínsecamente, la función de preservar y conservar aquellas condiciones de arquitectura y materiales que componen esos edificios históricos, entre ellos también, casas antiguas, algunas convertidas en negocios como la sancionada, por tanto, aplicando la frase popular “o todos coludos…o todos rabones” nos remitimos a exhortar el cumplimiento de lo más esencial, consistente en el cuidado imperativo en términos de antropología e historia, tal y como se circunscriben las facultades de esa dependencia.
Asumiendo los razonamientos externados, se concluye, la idea central del cuidado, pasa a ser opción de segundo término, más aún si, tomamos en consideración lo que normalmente ocurre, o sea, si realmente se busca ese objetivo, inevitablemente se concederían privilegios, excepciones y preferencias, traduciéndose por consiguiente, en una regla general sin contemplaciones ni consideraciones incluso.
Por último, se obliga una fundamentación de motivos, aislados de superficialidades subjetivas y comprometidas, para abonar en última instancia, a los logros perseguidos teóricamente ya establecidos. De ahí, la principal exposición de éste análisis, tratando de concientizar y reivindicar la actuación gubernamental en cita, generando así, en todo ello, el rescate de monumentos, templos, comercios, casas, escuelas, en fin, todo lo enmarcado, en la tesis de histórico y arquitectónicamente patrimonio de la humanidad, tal y como se les llega a denominar a reliquias intocables y preponderantemente importantes, en abono de la conservación, sobre el legado que nuestros ancestros nos heredaron.
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