MUNDO.- Un nuevo término se ha sumado coloquialmente a la dermatología.
El maskné se emplea para describir un tipo de manifestación en la piel que ocurre en personas sensibles a causa de las máscaras o cubrebocas para evitar el contagio de COVID-19.
«El uso crónico y prolongado de cubrebocas hace que estos pacientes tengan una exacerbación, un empeoramiento muy importante de las lesiones. Básicamente la presencia de pápulas, pústulas o lesiones inflamatorias», dijo el dermatólogo, Santiago Somerville.
Pero no solo las personas con tendencia al acné pueden desarrollar el maskné. También quienes sufren de rosácea pueden presentar un incremento en las manifestaciones de la piel muy parecidas al maskné, así como quienes tienen dermatitis seborreica.
Y es que los cubrebocas rozan constantemente la piel propiciando la formación de lesiones.
Si bien la mayoría de los casos se resuelve con jabones o geles para reducir la grasa en la piel, en ocasiones es necesadio consultar al dermatólogo para recibir un tratamiento más dirigido.
«Prescribirles, por ejemplo tratamientos con metronizadol o con ivermectina o incluso se puede utilizar ácido azelaico para el control a nivel local o tópico de las lesiones y en casos muy severos llegar a utilizar algún tipo de antibiótico especializado para este tipo de lesiones que son derivados de tetraciclinas».
Para las personas que tienen tendencia a desarrollar maskné, se recomienda el uso de cubrebocas desechables, de preferencia quirúrgicos de tres capas y cambiarlos diariamente a fin de mantener una higiene adecuada de la piel.
Con información de «Al aire con Paola»
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