Presidentes de México, José López Portillo 1976-1982 (PRI).

Presidentes de México, José López Portillo 1976-1982 (PRI).
Presidentes de México, José López Portillo 1976-1982 (PRI).

Por: Lic. Ricardo Melgarejo Torres.

Nuevamente nos encontramos, estimados lectores de “El Látigo”.
Me es imprescindible, hacer un ejercicio de memoria y despertar todas las conciencias a mis hermanos mexicanos; con esto quiero decir, que escribiré de nuestros afamados y brillantes presidentes.
Por cuestión de espacio y tiempo, empezaré con José López Portillo; que gobernó el país en el período de 1976-1982. Es importante hacer análisis de estos datos y llegar a las conclusiones y deducciones, para tener bases sólidas y criterios fundamentados en hechos y sucesos.
Por otro lado es muy interesante e importante, el documentar a nuestras nuevas generaciones, para cuando ellos lleguen al poder, puedan evitar los mismos errores, haciendo alusión a la axioma de que “El que no conozca su pasado, no entenderá lo que ocurre en su presente, y por ende, no tendrá un futuro promisorio”.
Echeverría terminó con las tres décadas de crecimiento económico, provocó una devaluación importante al final de su sexenio. Tal vez el gobierno siguiente, de José López Portillo, haya sido peor, en tanto que desperdició una oportunidad con el petróleo, pero ambos pueden considerarse los momentos más bajos del país: se destruyó la economía porque se privilegió el poder, la política, las promesas, el populismo. Años en que México cavó su tumba financiera por las malas decisiones en materia petrolera y económica. Eran los años en que el poder se enfrentaba con los empresarios.
López Portillo pudo augurar que en 1980 substancialmente encontramos excedentes de petroleo exportables importantes, sin bajar sus reservas, que “los mexicanos que han sufrido carencias ancestrales, ahora tendrían que aprender a administrar la abundancia” y que “por primera vez en nuestra historia disfrutaríamos de autodeterminación financiera”. Probablemente ha sido uno de los grandes errores y engaños en política gubernamental de todos los tiempos. Lo siguiente fue la orgía del endeudamiento y los problemas siguen prevaleciendo: con el raudal de dinero proveniente del petróleo y del crédito se intentó un proyecto de industrialización y modernización en cinco años que rebasaba todas las posibilidades técnicas y económicas. El gasto público se desbocó; en 1978 creció en un 38 % sobre el de 77, el presupuesto de egresos se elevó en un 23 % y el de la inversión pública un 37 % sobre el año anterior; en 1980 el gasto público volvió a crecer un 33 %.
El acercamiento con los empresarios debió ser usado como arma y aprovecharlo a la máxima a fin de no aplazar la imperante transformación del erario. Además, las industrias paraestatales produjeron a costos desmesuradamente altos, que las obligaba a operar en números rojos y a no ser competitivas ni siquiera en el mercado interno, a no ser porque el erario público cubría sus pérdidas a través de generosos subsidios. Había así doble pérdida de recursos. Gran parte de la culpa en las empresas públicas es ocasionada por los sindicatos y es un problema difícil de superar porque están enterrados en la vida política nacional, son un logro de la revolución y es una herejía transgredir contra ellos.
Los sueldos y salarios del 10, 20 y 30 % que elevó los costos de producción, atizó la inflación e hizo nulas las demás medidas; esto avivó la desconfianza y, a pesar de la fuerte devaluación, el público siguió comprando dólares y los acreedores del gobierno dejaron de renovar sus créditos. La política económica de ajuste fue cancelada por las actitudes eminentemente propagandísticas.
La “administración de la abundancia” de López Portillo, utilizada para el lucimiento personal del equipo del presidente, finanzas de causas extranjeras y conflictos donde México era el pagano con petrodólares, tan necesarios para financiar proyectos nacionales en favor del mercado interno.
El Presidente se le ocurrió una de las peores decisiones. José López Portillo entregó el poder a tecnócratas; Salinas, manipulado por Córdova
Tecnócratas de huaraches, encabezada por Miguel de la Madrid, un abogado de medio cachete, desconocedor del sistema político y de sus resortes, rodeado de jóvenes economistas inyectados desde el exterior por un odio profundo a México.
“la peor época de la historia Ahora, con el dólar a veinte pesos, aparece una versión ligeramente modificada, que afirma que vivimos la peor crisis económica de tiempos recientes.
Fíjense bien compatriotas el manipuleo de estos sujetos (JLP), que sin impórtales nada, decían oficialmente; José López Portillo, anunció de entrada que teníamos una riqueza inusitada en el Golfo de México, con mantos petroleros inmensos. Con ellos de garantía, regresamos al endeudamiento, y después de unos pocos años de emoción, regresó la crisis en 1982. El peso inició ese año en 26 por dólar, superó 50 pesos en agosto, y el primero de septiembre se fue a 150 por dólar. Es decir, en el transcurso de ese año los mexicanos perdieron 5/6 partes de su riqueza, el 80%. En un intento de evitar la catástrofe, y de legitimar su salida, López Portillo nacionalizó la banca, con lo que de hecho decomisó los ahorros de todos los mexicanos con cuentas en dólares, a los que robó el 50% de un plumazo: sus dólares, que valían 150 pesos en el mercado libre, les fueron pagados a 75 pesos cada uno. La inflación era ya de 100%.
En febrero de 1982, ya como candidato Miguel de la Madrid, vino otra devaluación de grandes proporciones. En agosto de ese año, poco después de las elecciones, México anunció que no podía pagar su deuda externa y el 1 de septiembre, López Portillo anunció la estatización de la banca.
Y todos los mexicanos, cargando esa loza tan pesada, y nuestros gobernantes, viven como magnates.
(Existen otros datos de corrupción, malas decisiones y un marcado presidencialismo), por ejemplo:
López Portillo se sentía orgulloso de cometer nepotismo con su hijo José Ramón, que en aquel tiempo estaba instalado en la Administración Pública Federal, como Subsecretario de Evaluación.
Con respecto a su amante Rosa Luz alegría, la hizo primero Subsecretaria y posteriormente Secretaria de la Secretaria de Turismo. Llevándola de dama de compañía a todos los viajes oficiales.
La esposa doña Carmen Romano, todo México notaba sus extravagancias, excesos y derroche de recursos públicos, con grandes fiestas y viajes por todo el mundo, llevando a todo su entorno familiar y social.
La gran mansión que se mandó construir y muy conocida como la “Colina del perro” argumentando que fue un regalo de su gran amigo y colaborador Carlos Hank González. (Jefe del Departamento del Distrito Federal).
Le toca a su compadre y amigo de la infancia, el Negro Durazo, en donde mangoneaba todos los niveles de Seguridad Publica nacionales, hago la aclaración que su nombramiento era jefe de la policía y tránsito del DF. Reprimía y desaparecía a todos los disidentes y delincuente que no cumpliera sus órdenes de corruptela.
Y le paro, porque no terminaría nunca.
Hasta la próxima.
“Ni letras y menos ideales deben ahogarse en el tintero”

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