Mensaje del candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña durante su encuentro con la Confederación Nacional Agronómica

Buenas tardes. Quisiera decirles que yo mero me siento muy orgulloso de estar pasando el día con ustedes.

Y quisiera preguntarles, ¿quiénes meros se sienten orgullosos de ser agrónomos? ¿E ingenieros forestales?

Bien agradecido con Alfredo López Valdovinos que me haya invitado.

Decían al principio que la agronomía tiene historia, que la agronomía tiene una historia centenaria. Quienes aquí están abrevan, literalmente, más de un siglo de prepararse para ayudar, de prepararse para estar de la mano de los campesinos, de prepararse para estar con ellos y hacer, junto con el gobierno, un apoyo a la medida de los campesinos mexicanos.

Vienen todos ustedes de ver El Extensionista, y vienen todos ustedes de ver al personaje de Ismael, y hoy saludamos a Ismael el bueno.

Y no podemos más que sentirnos orgullosos después de ver El Extensionista y de saludar con mucho cariño y mucho afecto a Cruz López.

Un gobierno a la medida de cada mexicano, eso es lo que queremos construir y eso se resume bien en la historia agronómica. Empezamos, sí, con un reclamo por la tierra, pero muy pronto nos dimos cuenta de que la tierra no era suficiente, que si queríamos hacer que la tierra trabajara, teníamos que poner a los agrónomos cerca de los campesinos.

Teníamos que llevar capacitación, empeño, talento, compromiso para que la tierra rindiera mejores frutos, y eso precisamente implica hacer ese gobierno cercano: acercarse con el campesino y preguntarle qué ocupa, qué necesita para el sueño de ver una tierra productiva, qué necesita para ver sembrada su tierra y que esos frutos, que su trabajo rinda, le permitan salir adelante.

Y sabemos qué necesita y esa brecha es la que nos hemos planteado cerrar: necesita crédito. No el que daba Ismael en la obra, no el que daba Mario el banquero en la obra. Sí el que da, en cambio, la Financiera Nacional. La Financiera Nacional que siempre ha estado cerca de la emoción del campo y de la agronómica.

Estamos contentos, en consecuencia, de poder decir que esa brecha la vamos a cerrar, que donde veamos a un campesino que quiere el sueño de ver trabajada su tierra, habrá el apoyo del crédito; que nos ha pedido el campesino que le acerquemos el Seguro Social, y que acerquemos el Seguro Social al campo.

La diferencia de un campo con Seguro Social, es un campesino que tiene asegurada su salud, su pensión y acceso a la vivienda. Tenemos que trabajar para cerrar esa brecha y acercar el Seguro Social al campo mexicano.

Tenemos que asegurar nuestra seguridad alimentaria, la seguridad alimentaria de las familias mexicanas. Sabemos que esa se logra con el sudor de la frente de los campesinos, y con el sudor de la frente de los agrónomos que lo acompañan.

Vamos, pues, por esa seguridad alimentaria de las y los mexicanos y vamos a alcanzarla juntos.

Y vamos a pedirles a los funcionarios que hagan lo mismo que hacen los agrónomos. Hoy estamos acostumbrados a que sean los campesinos y los productores los que buscan a los funcionarios, y los agrónomos sabemos que eso no funciona así, que lo que necesitamos es que el funcionario salga al encuentro del agrónomo y del campesino, y que centremos la atención en cada uno de ellos de manera cercana y fraterna.

No cabe duda que el campo es la fuerza de México, un campo por el que han trabajado todos ustedes toda una vida. En este espacio, en este diálogo, en esta invitación, yo quiero invitarlos a que se sientan orgullosos de ese trabajo, a que se sientan orgullosos de esa tradición, a que se sientan orgullosos de haber desempeñado esa vocación de manera honorable.

De manera honorable como la que nos enseñaron muchos funcionarios y muchos agrónomos, muchos hermanos de esta organización, en la campesina, en la agronómica, en la forestal, en cada uno de los espacios que hemos recorrido.

Por eso nos sentimos contentos de reconocer el trabajo y el prestigio de gente como el jefe de la Brigada del Bigote Grande, don Augusto Gómez Villanueva.

Estamos orgullosos de (inaudible), estamos orgullosos de Chapingo y de los chapingueros.

Estamos orgullosos de la Escuela Hermanos Escobar, de los especialistas forestales, de los economistas agrícolas y queremos salir a decir, con ese orgullo, que somos honorables; con ese orgullo, que sabemos trabajar; con ese orgullo, que tenemos historia; con ese orgullo, que la hemos compartido.

No es mi primera visita a la Casa del Agrónomo, no es la primera cita que aquí tenemos juntos, hemos trabajado con emoción y con temple. Y porque tenemos historia compartida y porque la queremos reivindicar, con toda certeza, vamos a ganar en julio de 2018.

Vamos a ganar por muchas razones, entre otras, por la ilusión de que el siguiente encuentro lo tengamos en Los Pinos. Hay mucho menos tráfico para llegar a Los Pinos.

Yo me siento muy orgulloso de ser amigo de los agrónomos, me siento muy orgulloso de su vocación, de su vocación de hacer de México una potencia en materia agropecuaria, de su vocación de tomar de la mano a nuestros hermanos campesinos y decirles: ¿Cómo les ayudamos? ¿Cómo les ayudamos para que el crédito, la semilla, el fertilizante y la capacitación les rindan mejores frutos? ¿Cómo les ayudamos para que podamos lograr que en la mesa familiar no falte alimento?

¿Cómo les ayudamos para acercar al productor con el consumidor final? ¿Cómo les ayudamos para que tengan certeza en los apoyos, para que tengan certeza en la planeación? ¿Cómo les ayudamos para hacer equipo con todos y con cada uno de ustedes, con quienes quieren gobiernos a la medida, con quienes saben que hay honestidad en la forma de trabajar en el campo mexicano?

¿Cómo le ayudamos a Alfredo López Valdovinos para seguir encabezando esta agronómica para que sea exitosa? Para que estemos orgullosos, para que volteemos a ver nuestro campo y digamos: “En ese campo empeñe yo mi vida, por ese campo trabajé, por ese campo me siento orgulloso, por ese campo y por esas familias, que de él viven, he entregado una vocación, y la he entregado pensando siempre en hacer un México grande”.

Hagamos un México grande juntos, hagamos un México que sea potencia juntos. Digamos a ese llamado de transformar a México: “Yo mero estoy listo”.

Y con cada uno de ustedes yo mero también estoy listo.

¡Vamos a ganar en julio!

¡Vamos juntos!

Muchas gracias.

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