Por Oscar Manzano.
Ante ti me encuentro en éste día
recordando los momentos en que sonreía,
a pesar de los regaños que me hacían
fuiste brillo en la ignorancia que tenía…
Gracias a Ti !!, grandioso Maestro,
aprendimos distinguir entre la ignorancia
y el conocimiento,
con tu paciencia demostrada
en el anhelo de llegada,
supimos aprender, entender y comprender
los desafíos que se avecinan
en los futuros caminos de la vida…
Nunca es tarde
para recordarte;
por eso hoy,
nuevamente te busco entre las líneas,
series numéricas y los tantos ejercicios,
que pusiste,
para demostrarte
cuan valioso fue tenerte.
La esperanza es el anhelo que tuvimos,
entre coros, sonrisas y honores,
sólo testigos fuimos,
soportando llamados, correcciones e instrucciones,
de aquellos todos que en su ejemplo,
una huella imborrable nos dejaron.
No se olvidan
los reclamos que tuvieron,
mucho menos
las andanzas
que mostraron,
sin preciarnos
dominar sus enseñanzas
acudimos ante ellos,
entrañables, apreciados y juzgados
forjadores de individuos…
Les recuerdo, la tarea quedó inconclusa,
pues la intrusa
escena de los logros,
hoy revierte
en el tiempo su cosecha,
¿no sé cuanto hayas obtenido?
pero lo que sea, es bien merecido;
como advertido
es que tengan un gran día,
Maestro querido, Maestro apreciado…
la copa de vino
que tengo levanto,
con motivo del festejo
que les comparto
!! Felicidades!!
¿haber si le atino?…
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