Gaza | ‘Me siento completamente perdido’; ‘este sentimiento es la muerte’: El sentir de trabajadores de MSF

Gaza | 'Me siento completamente perdido'; 'este sentimiento es la muerte': El sentir de trabajadores de MSF
Gaza | 'Me siento completamente perdido'; 'este sentimiento es la muerte': El sentir de trabajadores de MSF

El Ejército de Israel ordenó la evacuación en su totalidad de la ciudad de Gaza; “Las Fuerzas de Defensa de Israel están decididas a derrotar a Hamás”.

Un par de trabajadores de Médicos Sin Frontera (MSF) externaron su experiencia sobre su estancia en Gaza durante las últimas semanas, luego de que este martes el Ejército de Israel ordenó la evacuación en su totalidad de la ciudad.

El portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichai Adrai, emitió en su cuenta en la red social X un llamamiento “a todos los residentes de la ciudad de Gaza” para que “evacuen inmediatamente” la ciudad, en medio de las denuncias internacionales sobre los desplazamientos forzosos de población acometidos por las autoridades israelíes en la Franja.

“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están decididas a derrotar a Hamás y operarán en el área de la ciudad de Gaza con gran fuerza, como lo han hecho en toda la Franja”, ha manifestado, antes de incidir en que “permanecer en la zona es muy peligroso”.

Incluso, en redes sociales se difundió un panfleto que se ha circulado en territorio gazatí, atribuido supuestamente a las Fuerzas de Defensa de Israel. “Por su seguridad, evacúe inmediatamente al sur de Wadi Gaza por la calle de Rashid”, se lee en el volante.

Ante este llamado israelí, Mohammed Al-Tibi, Oficial de Cadena de Suministro de MSF y Lina Batniji, Educadora Consejera de MSF, expusieron las dificultades que atraviesan habitantes de Gaza ante el desplazamiento forzado.

En seguida los mensajes íntegros de los miembros de MSF ilustrado con imágenes recientes captadas por la agencia Reuters:

Mohammed Al-Tibi, Oficial de Cadena de Suministro de MSF

Mi nombre es Mohammed Al-Tibi. Actualmente vivo en el norte, en la ciudad de Gaza, en el barrio Nasr, en el borde occidental de Sheikh Radwan. La situación de las últimas dos semanas—hasta este momento—ha sido extremadamente difícil debido a los bombardeos aleatorios, los disparos de artillería, los drones cuadricópteros y el peligro constante en la zona en la que vivo.

Aún así, decidí quedarme en mi hogar hasta el último momento, mientras las cosas estuvieran medianamente controladas. He limitado mi desplazamiento.

Esta mañana, me sorprendió ver un folleto circulando en las redes sociales, llamando a todos los residentes de Gaza a trasladarse al sur porque la ciudad de Gaza se había convertido en una zona de combate peligrosa. Me quedé en shock con la noticia. Ya estaba trabajando en el sur cuando lo vi.

En este momento, me siento completamente perdido—dividido entre si debo volver a recoger mis pertenencias y a mi familia y quedarme, arriesgando mi vida para hacerlo, o permanecer donde estoy, aunque no hay ningún lugar en el sur adonde evacuar. No hay ninguna alternativa. Si dejo mi hogar ahora, seré lanzado a la calle.

Honestamente, no sé cómo más describir esta situación. Siento que todo está perdido. Por ahora he decidido no evacuar, a menos que encuentre una verdadera alternativa.

Aun así, le dije a mi esposa y a mis hijas que preparen sus cosas. Tengo dos niñas pequeñas. Una tiene seis o siete años, y la otra apenas tiene dos.

Desde el primer día de esta guerra, Israel ha emprendido una campaña de genocidio en nuestra contra. Esto no es nada nuevo, me sorprenden las declaraciones que provienen del lado israelí, donde afirman que quieren entrar nuevamente a Gaza y llevar a cabo nuevas operaciones. Ya estuvieron aquí muchas veces. Ya hicieron todo. No hay nada que no hayan hecho. Se ha convertido en escombros.

Esto se trata de desplazamiento forzado, para incrementar nuestro sufrimiento y ejercer presión sobre nosotros como civiles comunes. Tengo derecho a vivir en un lugar que sea al menos algo seguro. Pero no se me da esa oportunidad.

Ya evacuamos una vez, al sur, a espacios declarados como “zonas humanitarias seguras” por las fuerzas israelíes. Fuimos a Rafah, a Al-Nuseirat, y a otros lugares. Afirmaron que esas áreas eran seguras, pero no lo eran.

Sigo cargando el miedo de un nuevo desplazamiento. Que todo sucederá de nuevo. Que no iré a una zona segura como ellos afirman, sino a un lugar donde, más pronto que tarde, vendrán tras nosotros. Porque su verdadero objetivo es desplazarnos, aumentar nuestro sufrimiento, y tratar de exterminarnos.

Lina Batniji, Educadora Consejera de MSF

Mi nombre es Lina Batniji, y ni siquiera sé por dónde empezar. Tenemos pacientes mujeres en zonas rojas, áreas que están clasificadas como extremadamente peligrosas. Algunas de ellas tienen cesáreas programadas para hoy, mañana, a finales de la semana, y otras más adelante este mes. Si alguna de estas mujeres es desplazada y entra en trabajo de parto, necesitará cirugía. Sin acceso a un hospital, esto podría costarles a sus bebés, o sus vidas.

Estas mujeres están viviendo en terror. Saben que no vendrá ninguna ambulancia a la zona roja para recogerlas y que puedan dar a luz de manera segura. No hay forma de que lleguen al hospital que aún realiza cesáreas, aunque Dios sabe cuánto tiempo más funcionará.

¿Dónde está la humanidad cuando una mujer en la zona roja entra en trabajo de parto durante bombardeos y evacuaciones? ¿Cómo se supone que debe llegar al hospital? El problema no es solo el peligro, es el trasladarse. No tienen manera de moverse desde las zonas rojas a donde ella pueda dar a luz de manera segura.

Y para aquéllos que se preguntan por qué estas mujeres no se fueron antes, es debido a que ni siquiera pueden costear los alimentos. Hay personas en Gaza en este momento que no pueden acceder a comida. Estamos sufriendo de hambruna sistemática. La comida que está entrando es poco saludable o demasiado costosa. El 95% de las personas no pueden pagarla. Además, el transporte cuesta más de lo que la mayoría de las personas pueden pagar.

Pensé que nuestro sufrimiento había terminado cuando regresamos a la ciudad de Gaza durante el alto el fuego. Habíamos aceptado la guerra, aceptado que volvería. Pero ¿ser forzados a dejar la ciudad de Gaza City de nuevo? Eso ha roto algo en nosotros. Ahora estamos recogiendo los fragmentos de nuestras vidas anteriores, lo poco que nos queda, esperando encontrar un lugar al cual ir. Pero incluso esa esperanza se ha ido. Ahora, nos dirigimos hacia lo desconocido, hacia la nada, solamente con las cosas que pudimos salvar de nuestros hogares destruidos. Estamos saliendo con cuerpos destrozados y almas rotas.

Nos dirigimos hacia un pasado que no podemos cambiar, hacia un presente que no podemos comprender, y hacia un futuro que no se encuentra en ninguna parte. Vamos hacia lugares en el sur donde no hay nadie esperándonos, ningún espacio para nosotros. Nos sentimos como una carga para este mundo. Y honestamente, la muerte parece más sencilla que este camino de desplazamiento. Ya no es algo que temamos. Morimos un poco más cada día, y aún así despertamos por la mañana fingiendo que podemos seguir adelante.

Ya ni siquiera puedo consolar a mis hijos. No puedo tranquilizarlos. Lo único a lo que nos aferramos son ilusiones. A que tal vez haya un acuerdo, tal vez un alto el fuego, tal vez una solución. Pero todas estas negociaciones son mentiras destinadas a agotarnos, a desgastarnos, a agotar a los civiles hasta que no quede nada.

Nuestro único deseo es estar a salvo. Ni siquiera en hogares de verdad: ahora estamos en refugios para animales, nidos de pájaros, lo que sea que podamos encontrar. Ya hemos renunciado a la idea de recuperar nuestras casas. Sólo déjenos quedarnos donde estamos. Pero nos dicen: «Vayan a las zonas humanitarias». Entonces pregunto: ¿dónde están esas zonas?

Intentamos ir a esas supuestas zonas seguras y no encontramos nada. No hay espacio, no hay seguridad. Solo hacinamiento, enfermedades y suciedad. ¿Adónde podemos ir como civiles? Pido un espacio con un baño. ¿Es demasiado? ¿Es una fantasía pedir agua limpia, un baño, cuatro paredes para proteger a mis hijos de las bombas, el calor, el frío y las enfermedades?

¿Cuáles son los estándares humanitarios? Porque si vivo en una tienda de campaña, junto a aguas residuales sin tratar, ¿cómo puede ser eso una zona humanitaria? ¿Es esto lo que ahora el mundo llama humanidad?

Y luego está la profunda angustia. Ojalá tuviera la habilidad de comprimir un hogar en una maleta. Ojalá alguien me hubiera enseñado a empacar sueños, recuerdos y vidas enteras en una maleta. Ojalá supiera cómo alejarme de todo y tratarlo como un simple recuerdo. Este desplazamiento no es el primero. Pero la primera vez, creíamos que volveríamos. Ahora, me voy de la ciudad de Gaza sabiendo que no volveré.

Me voy de este lugar que tanto amo, este cielo que he conocido, este aire que me conoce. Y me voy como si hubiera arrojado mi alma dentro de la ciudad de Gaza, y solamente mi cuerpo se aleja caminando.

Este sentimiento. Este sentimiento es la muerte. No sé exactamente lo que es la muerte, pero así… así es como se siente.

Con Información de AN, Foto: Reuters
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