“Una Historia y un Café” Parte II

Columna del Mtro. Héctor Navarrete Mendoza.
Columna del Mtro. Héctor Navarrete Mendoza.

Por el Mtro. Héctor Navarrete Mendoza

“Leonardo Da Vinci, no sólo fue pintor, fue un genio  de su época”

Tampoco las ballestas mastodónticas que dibujaba tenían opciones de ser utilizadas.

El que quiera probar puede dejar caer una miniatura de coche desde lo alto de una mesa y ver como no le ocurre prácticamente nada;

Cambia la escala y deja caer un coche real desde 50 metros de altura: observa el resultado. Efectivamente: siniestro total.

Donde no podemos dejar de admirar a Leonardo es en su faceta de anatomista.

Sus dibujos minuciosos nos descubren que él trataba al cuerpo humano, una vez desprovisto de la vida, como una máquina que había que estudiar e interpretar.

En ese sentido Leonardo fue tal vez el padre de la ingeniería inversa, esa que tanto preocupa hoy a las industrias actuales.

Sabemos que ahí no se fio de nadie. Diseccionó de forma exquisita cadáveres uno tras otro.

Estudió cada nervio, cada hueso, cada coyuntura con un detalle macabro. Nos dejó maravillosos dibujos que evidentemente y pese a todo lo dicho, sólo pueden nacer de la mano de un genio.

Se quejaba de que sus manos no podían expresar todo lo que su mente veía y creaba. Por eso, retocaba una y otra vez, intentando alcanzar la perfección que el buscaba.

Al final desistía. Por eso la mayoría de sus obras nunca fueron terminadas.

Dada su interesante personalidad, Leonardo Da Vinci ha sido introducido en docenas de intrigas de las que poco podemos decir, salvo que en su mayoría tienen visos de no ser muy reales.

En 2010 un grupo de científicos italianos pidieron permiso para abrir la tumba de Leonardo en el Castillo de Amboise, en Francia. Dicen que pretendían comprobar a través de su cráneo si la Mona Lisa es en realidad un autorretrato del propio Leonardo vestido de mujer.

No nos olvidemos que la revolución francesa destruyo la tumba original de Leonardo, por lo que en Amboise hay una inscripción que dice: “Aquí se cree que reposan los restos de Leonardo da Vinci”.

También en Francia está el precioso Castillo de Chambord, en la Rivera Loira (el Loira está considerado el último río salvaje de Francia y es precioso de ver en toda su extensión) En su interior hay una escalera de doble hélice (si Watson y Crick lo hubieran visitado quizá el ADN se hubiera descubierto antes).

Es atribuida a Leonardo aunque no hay pruebas de ello. ¿Por qué se le atribuye?. Simplemente porque es genial y nos hemos acostumbrado a que lo genial procede de este hombre.

La Sindone o Sábana Santa de Turín, que pese a todos los magonios y grullos nunca envolvió cuerpo alguno en las proximidades del siglo I, es atribuida a una broma de Leonardo.

Se dice que fue un experimento con la “Cámara oscura” y que se demuestra porque la cara del supuesto Jesús no es más que otro autorretrato del propio Leonardo.

Ya hemos hablado del intento de implicarlo en oscuras tramas de extraños prioratos y de sus relaciones con la familia carolingia.

Tal día como hoy, en 1967, se encontraron en Madrid 700 páginas manuscritas de Leonardo: estaban perdidas en la Biblioteca Nacional.

Leonardo Da Vinci: siempre genial. Tal vez nos haga falta pensar que en realidad nunca murió y está disfrutando de otro tipo de eternidad con Elvis y Mikel Jackson. A lo largo de la historia nos hemos tragado cosas peores así que… ¿Por qué no?.

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