Caminaba en la polìtica,
y pensaba en sus sueños;
disfrutando esos momentos,
hoy, la muerte identifica;
no son verbos, ni son cuentos,
sí, no, halagos de los muertos…
Deambulaba ya la muerte,
elegante y mesurada,
por las calles y los puentes,
a Teresa revisaba,
¡Oh! Madrina adorada,
la gente, exclamaba!!
Esto, no es cuestión de suerte,
la huesuda le alertaba;
ponle pilas a tu gente,
que no se olviden de ti,
ya, la tumba resplandece,
para los que se quieran morir.
Con sus cantos la llorona,
al Gigante despertaba,
con su espejo y la luna,
Aguascalientes, brillaba.
Entre tumbas y floreros,
la calaca susurraba,
un futuro promisorio,
al gigante le auguraban,
festejándose en el jolgorio,
la Catrina los llamaba,
Ey!! distraidos y santos,
aunque no seamos tantos,
aquí, siempre, los quiero!!.
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