Participación de José Antonio Meade durante su encuentro con la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT)

Compromiso de dar a 3 millones de empleadas domésticas seguridad social: JAMK
Compromiso de dar a 3 millones de empleadas domésticas seguridad social: JAMK

José Antonio Meade: Muchas gracias, muy buenos días.

Faltó solamente decirle a Gaby que la sigo en Twitter desde el 2008, ella adaptándose temprano, yo un poquito más tarde.

Y entonces si fuera yo Gaby les diría ustedes, “Buenas” o ¿cómo decimos buenos días en Twitter?

Moderadora: ¡Bueeenas!

José Antonio Meade: ¡Bueeenas!

Preparé una presentación con cinco o seis temas más o menos, la idea era aprovechar el tiempo que me dieron y de abrirle espacio a preguntas y respuestas.

Quiero empezar agradeciéndoles mucho, la verdad es que no solamente la contienda, sino antes de la contienda, han jugado un papel muy importante en términos de ayudarnos a comunicar, a difundir, a dar a conocer, a debatir, a presentarnos no solamente en campaña, sino en gobierno.

El trabajo que hacen ustedes es un trabajo muy valioso para la comunidad de una industria que, sin duda, es muy relevante en un tema que es absolutamente fundamental: informar y entretener, y las dos cosas son igualmente valiosas.

Tendemos nosotros a dar por sentado que la gente está informada, y la verdad es que en ausencia del trabajo de ustedes, mucha gente no sabría ni cuáles son sus derechos, ni a dónde acercarse para pedir apoyo o ayudar, no sabría cómo ventilar sus quejas y sus frustraciones. Y no sabría muchas veces cómo pasar un buen rato, un buen día y lo hacen siempre en compañía de todos ustedes.

Y yo hoy se los agradezco y se los reconozco. Muchas gracias.

Un poco lo que quería yo hacer era un ejercicio, porque me dieron tiempo suficiente, de qué estamos proponiendo, pero sobre todo ¿por qué?

¿Cuál es la lógica de la agenda que tenemos en la coalición? ¿Cuál es nuestra visión de México? ¿Hacia dónde queremos llevarlo? ¿Y qué es lo que nos mueve a darle importancia a los temas a los que le estamos dando importancia?

Este es el mundo en 1910, estamos hablando hace un poco más de 100 años y estamos viendo el mundo en dos dimensiones: estamos viendo el mundo en la dimensión de cuál era nuestro ingreso y cuál era nuestra calidad de vida, medida como esperanza de vida.

Si uno quisiera resumir la gestión de un gobierno para poder evaluar si el gobierno está haciendo bien su trabajo o no, desde alguna perspectiva éstas serían dos buenas variables para hacerlo: el gobierno está ayudando a que tengamos mayores ingresos y el gobierno está ayudando a que vivamos mejor.

Si eso es cierto, debiéramos de ver que los países se mueven hacia arriba y a la derecha, en la dirección de más ingresos y de mejor salud. Y pudiéramos tratar de entender por qué. Y si entendemos por qué, pudiéramos entonces tratar de influir en esas variables y eso debiera de integrar una agenda de gobierno.

Entonces, vamos a ver un poco cómo evoluciona el mundo de 1910 a la fecha.

Aquí está México, ahí se vio la Primera Guerra Mundial, la crisis del 29, se ve la Segunda Guerra Mundial, se empieza a ver cómo avanzan países como India, como China, el desarrollo estabilizador en México, se empieza a ver también el impacto de las crisis: ahí está la crisis de México en 82, la crisis de México en 94, la recesión de México en el año 2000, la crisis del año 2008 y el mundo como se ve hoy.

¿Qué llama la atención de esa gráfica y qué llama la atención de cómo el mundo ha venido evolucionando? Varias cosas llaman la atención, yo distingo dos: uno, hace 100 años el mundo estaba todo concentrado con baja salud y bajos ingresos. Y hoy vemos, sin embargo, un mundo en donde siguen habiendo muchos países con baja salud y bajos ingresos, pero hay un número muy importante de países que tienen alto grado de salud y de ingreso, esos son los países que son potencia.

Cuando decimos que queremos hacer de México una potencia, a eso nos referimos, queremos mover a la población hacía tener más capacidad de generar ingreso con su propio esfuerzo y que tengan una mejor calidad de vida.

Vemos una enorme dispersión, vemos algunos estados que viven prácticamente como vivían hace más de 100 años, y vemos algunos estados que evolucionaron mucho.

Pero lo interesante de ver esa evolución es tratar de entender por qué, por qué son distintos unos países de otros y a qué debiera de llevarnos esa diferencia, en términos de una contienda política y en términos de la elección que vamos a enfrentar como país.

En términos generales, México estando aquí, pues lo que queremos hacer para llevarlo a ser potencia, es moverlo acá, en la dirección de más ingreso y mayor calidad de vida.

¿Cuáles son las variables que nos ayudan a entender qué es lo que tendríamos que hacer como gobierno? ¿Y qué, en consecuencia, es lo que estamos planteando en campaña?

Claramente vemos que a mayor Estado de Derecho, mejor el ingreso y mejor la calidad de vida. Eso quiere decir que el Estado de Derecho es importante, y que todas aquellas instituciones y decisiones que nos lleven a fortalecer el Estado de Derecho, nos van a ayudar a ser potencia.

¿Qué más podemos aprender cuando vemos el mundo? Claramente mientras mejor la seguridad, mejores las posibilidades de ingreso y de calidad de vida.

Vemos en el primer cuadrante países que son muy inseguros y vemos en el último cuadrante países que han evolucionado mucho en generar condiciones de seguridad para sus ciudadanos.

 ¿Qué más vemos? Que la desigualdad cuenta: si los países son menos incluyentes tienden a tener menos calidad de vida y menos ingreso; si los países son exitosos en combatir la pobreza y en generar condiciones de inclusión, les tiende a ir mejor.

Si avanzamos en educación y tenemos mejores resultados, se ve en la calidad de vida. Si mejoramos en salud, y ahí tenemos mejores resultados, mejora también la calidad de vida y nos acercamos en la dirección que quisiéramos.

Si mejora la participación de las mujeres en la economía, mientras mayor sea la tasa de participación, mayor la riqueza y mayor el bienestar. Si mejoramos el entorno para hacer negocios, si desregulamos, si tenemos una agenda que entienda y que dimensione que solamente el sector privado, solamente la empresa, genera riqueza y vemos cómo mejoramos ese entorno para hacer negocios, mejora también el desempeño del país.

Y finalmente importa y, además importa mucho, cuál sea la confianza que el mundo tiene en cada uno de los países. Mientras menos confianza tenga el mundo, medido por la calificación que tenga su deuda, menos el nivel de desarrollo; mientras mayor sea la confianza que tenga el mundo en el paí,s mejor la calificación y mejor el desempeño de ese país.

Por lo que la confianza importa, y desde muchas perspectivas lo que está en juego hoy es esa confianza, la confianza que tiene el mundo y la confianza que tienen los empresarios de que México va a tener un buen entorno para que se pueda desarrollar.

Si todo esto es cierto, ¿qué debiéramos de esperar de los candidatos? Y, ¿qué debiéramos de esperar del siguiente gobierno? Debiéramos de esperar que pudieran hablarnos de qué están pensando hacer en materia de seguridad, en materia de pobreza, en materia de educación, en materia de salud, cuál es su agenda de mujeres, cuál es su programa financiero y cómo piensan gestionar las finanzas públicas, todo ello en ánimo de que en México vivamos mejor y tengamos acceso a más satisfactores.

Yo voy hablar, no de cada uno de ellos, aunque cada uno de ellos explica los siete ejes que tenemos en nuestra propuesta de campaña, pero voy hablar de dos o tres que son particularmente sensibles y particularmente importantes en esta agenda y en la agenda del país.

Primero, seguridad. Ahí metimos la seguridad como el número de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, y vemos que la situación de seguridad en el país en 1997 era muy desigual, teníamos brotes de inseguridad en el noroeste y teníamos brotes de inseguridad, sobre todo en el sur sureste. Si recordamos eran los años después del 94, en donde teníamos una inestabilidad importante sobre todo en la zona sur del país.

Esto es interesante porque vamos a ver cómo el reto de seguridad es un reto que cambia por estados, por regiones y en el tiempo, y que, por lo tanto, cualquier estrategia que planteemos de seguridad tendrá que tomarlo en cuenta.

Ahí se ve adicionalmente la cantidad de armas producidas en Estados Unidos en el mismo periodo de tiempo. Y vamos a ver cómo evoluciona el tema de seguridad del 97 hasta el 2011: hay una mejora importante hacia el 2000, la verdad es que del 2000 al 2006, en términos generales, mejora la seguridad en prácticamente todo el país. Con una excepción, por cierto: mejora la seguridad en prácticamente todo el país menos en la Ciudad de México.

En la Ciudad de México en el 2000, más o menos, 1 de cada 7 secuestros se daban ahí. Al final del 2000, 2005 para ser precisos, el 44 por ciento de los secuestros se daban en la Ciudad de México; en el 2005, 4 de cada 10 automóviles que se robaban en el país se daba en la Ciudad de México; en el 2005, en el 27 por ciento de los domicilios de la Ciudad de México había una víctima del delito, el número equivalente para el país, era el 13; el 86 por ciento de la Ciudad de México se sentía insegura.

Eso quiere decir que, en materia de seguridad, vale la pena preguntarse quién gobernaba la Ciudad de México del 2000 al 2005, por cierto ya saben quién.

2011, la inseguridad concentrada sobre todo en el norte del país y en Guerrero, y durante todo el periodo incrementándose de manera muy importante la producción de armas.

¿Qué pasa del 2011 al 2017? Dos momentos; una mejora importante hasta el 15 y luego se recrudece la violencia en México en el 16 y en el 17.

Pero, ¿qué llama la atención cuando lo comparamos con el 2011? Que la violencia no se da en la misma región que teníamos en el 11.

Si recordamos, en el 2011 norte y Guerrero, si vemos en el 2017 Pacífico y moviéndose hacia el sur. Eso quiere decir que parte de los elementos que están atrás del fenómeno de inseguridad cambiaron.

Lo más probable es que lo que cambió es el tipo de tráfico que hoy se hace en el país, que se acercó al Pacífico, que se acercó a las costas, de forma tal que el 20 por ciento del incremento en la violencia se explica por tres estados: Baja California, Baja California Sur y Colima.

Algo cambió de fondo en lo que está atrás de la inseguridad que nos obliga a pensar que la estrategia de seguridad tiene que tener elementos nacionales, pero tiene que tener también elementos regionales.

¿Qué debiéramos de hacer en materia de seguridad, en donde claramente estamos fallando? A nuestro juicio debiéramos de hacer cinco cosas: primero, una estrategia de prevención. En términos generales, la prevención debiera ser de todos los niveles de gobierno y transversal de entre los niveles de gobierno. Cada vez que tocamos la vida de un ciudadano debiéramos de estar pensando cómo ese contacto entre gobierno y sociedad puede mejorar el tejido social.

Aquí estamos hablando de parques y de espacios públicos, aquí estamos hablando de cámaras, aquí estamos hablando de un mejor diseño urbano para acercar la vivienda a las fuentes de trabajo.

Aquí estamos hablando de mejor transporte público que tenga, además, mejores elementos de seguridad en el transporte público, aquí estamos hablando en materia de feminicidio, de intervenciones que no solamente resuelvan cada caso, sino que se hagan cargo de que cuando tenemos una cultura en donde se tolera que se falte al respeto a una mujer, tenemos después problemas de violencia de género.

Eso implica intervenciones en la familia, en la escuela, en la calle y en la oficina.

Además de la prevención tenemos que trabajar en la disuasión, y eso implica que hagamos varias cosas: primero, que evitemos que lleguen las armas a manos de la  delincuencia organizada.

¿Qué se estima en México? En México se estima que en manos de la delincuencia organizada hay entre 500 mil y 1. 5 millones de armas.

¿Eso es mucho o es poco? El ejército guatemalteco tiene 150 mil, eso quiere decir que, en el estimado bajo, la delincuencia organizada tiene tres veces la capacidad de fuego que el ejército guatemalteco.

El ejército canadiense tiene 1.7 millones de armas, eso quiere decir que, en la parte alta del estimado, la delincuencia organizada en México tiene casi la misma cantidad de armas que el ejército canadiense.

Hay que prevenir que lleguen las armas a manos de la delincuencia organizada, hay que prevenir que les llegue el dinero y hay que hacer más fácil recuperar el dinero cuando lo identificamos.

Hoy en México eso es prácticamente imposible, la ley que tenemos para hacerlo nos hace virtualmente imposible recuperar el dinero de manos de la delincuencia organizada y del funcionario corrupto.

Tres, en materia de prevención, necesitamos más policías. Más policías mejor pagados con una trayectoria de vida que les permita, al tiempo de cuidarnos a nosotros, tener certeza de su evolución y de su carrera de vida.

Pero no es suficiente prevenir y no es suficiente disuadir, es fundamental que, cuando se viola la ley, tengamos consecuencias. Y en México solamente 3 de cada 100 delitos o de cada 100 denuncias, se resuelven con una sentencia, eso quiere decir que hay algo estructuralmente mal en la forma como combatimos la inseguridad.

Si nosotros no logramos los mismos niveles de consecuencia, medido como reducción de la impunidad, que los países de la OCDE, no importa cuánto prevengamos ni importa qué hagamos para disuadir, vamos a seguir teniendo problemas en materia de seguridad.

¿Qué tendríamos que hacer para lograr los mismos niveles de control y los mismos niveles de éxito, medido como denuncia o sentencias por denuncia que la OCDE? Por cierto, si lográramos ese avance, se reduciría la inseguridad en 40 por ciento, tres cosas: tendríamos que tener un Código Penal único, eso quiere decir que el mismo delito se castigue igual en todo el país.

Hoy tenemos 32 códigos penales, uno por entidad federativa, eso implica que, aunque la policía sea extraordinaria y los ministerios públicos todos pudieran salir reseñados en una novela de Conan Doyle, si no hablamos el mismo lenguaje delincuencial entre la Ciudad de México y el Estado de México, y en cambio los delincuentes sí se mueven entre las dos entidades, no vamos a dar un buen resultado.

Una vez teniendo un Código Penal único, por lo menos en los delitos que implican violencia, eso nos permitiría que la policía y que el Ministerio Público hicieran mejor su trabajo. Y nos permitiría que tuviéramos protocolos de investigación nacionales para esos delitos que generan violencia.

Y tercero, lo que no tenemos en México es capacidad de investigación. Estas denuncias que se presentan todos los días no son investigadas por nadie, y ese clima de impunidad genera una brutal resistencia de la inseguridad a mejorar, no importa qué hagamos en prevención y en disuasión.

El siguiente gran reto, a nuestro juicio del país, tiene que ver con pobreza, tiene que ver con cerrar brechas de desigualdad, con cerrar la distancia entre el norte y el sur, entre el hombre y la mujer, entre el que en México tiene y el que en México no tiene.

Ese es un mapa del país en el 2008, en donde medimos seis derechos: el derecho a la alimentación, la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda y los servicios en la vivienda. Y vemos si se tenía o no, acceso a esos derechos y cuánto, para tener alguna idea de si los mexicanos en verdad están teniendo acceso o no a sus derechos.

¿Que vemos en el 2008? En el 2008 vemos tres entidades, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en donde hay casi tres carencias en promedio. Eso quiere decir familias sin drenaje; eso quiere decir familias calentando su casa con leña; eso quiere decir niñas y niños que no están yendo a la escuela; eso quiere decir familias que no tienen acceso a la salud; eso quiere decir familias que viven hacinadas y además con un nivel bajo de ingresos.

En ese momento en el 2008 solamente una entidad, Coahuila, tenía solamente una carencia. El grueso de las entidades federativas tenía más de una y, en el caso de estos tres estados, tenían tres.

Y podemos ver si hemos avanzado o no, en términos de pobreza, y qué tendríamos que hacer hacia adelante. Ahí se ve 2009, 2010, la pobreza se mide cada dos años; 2012, 2013, se ve cómo se amplía la brecha; y 2016, se ve un jalón importante en la dirección correcta, en términos de mejorar el ingreso y de reducir las carencias.

Ahí yo diría, igual que en el 2005, ya saben quién era el jefe de Gobierno de la Ciudad. En el 2016 quién sabe si sepan quién, pero si no les digo, quién era el secretario de Desarrollo Social que logró esos buenos resultados.

¿Qué quiere decir esto? Mejoramos media carencia, en promedio, pero la distancia entre el sur y el resto del país sigue siendo muy importante. Hay algunas entidades que mejoran mucho, hay algunas entidades que se quedan atrás, pero el México que tenemos hoy debiera ser un México sin una sola carencia.

Lo que estamos acá midiendo son, de verdad, mínimos, estamos midiendo no que la educación sea buena, estamos midiendo que el niño vaya a la escuela; estamos midiendo no que la calidad de la vivienda sea idónea, estamos midiendo que tenga materiales; no estamos hablando de la presencia de electrodomésticos en el hogar, estamos hablando de quemar leña.

Si queremos que México crezca, lo primero que tenemos que resolver es que México sea incluyente, no solamente por razones morales, no solamente por razones políticas, por razones económicas. Si tenemos esa cantidad de gente viviendo excluida de las oportunidades de desarrollo que genera el país, nos va a costar mucho trabajo salir adelante.

Ahora, lo que aquí acabamos de ver es un país muy diferente con necesidades muy diferentes y, por lo tanto, que exige una estrategia de combate a la pobreza que reconozca esas diferencias. Que reconozca, por ejemplo, que en la parte más extrema de la pobreza en México, el día de hoy, el 10 por ciento del país vive en casas que se calientan con leña, que reconozca igualmente que hay casi 40 millones de viviendas que no tienen acceso a un electrodoméstico que implique más de dos servicios en la vivienda

Esto es, si el electrodoméstico exige, además de electricidad, gas, o además de electricidad, agua, hay 40 millones de personas que viven en una vivienda que no tiene acceso a ese electrodoméstico.

El 65.5 por ciento de la población no terminó la preparatoria, los que no terminaron la preparatoria van a vivir cinco años menos que los que sí la terminaron.

Nuestro principal reto en la siguiente administración debiera ser que todos lo que estén en edad terminen la preparatoria y que el gobierno haga lo que sea, sí o sí, para que los mexicanos terminen ese ciclo escolar. Y que salga a buscar a los que no la terminaron para darle los elementos  que le permitan acercarse al mercado laboral formal.

Un porcentaje muy importante de la población vive en lugares donde no tienen internet y un porcentaje, igualmente importante de la población, no tiene acceso a servicios financieros.

El reto, por lo tanto,  para cada ciudadano es diferente y eso implica una estrategia de pobreza que sea diferente.

¿Qué es lo que estamos planteando? Pues lo que estamos planteando es que una propuesta en donde tratemos a todos igual no resuelve el problema de los que por naturaleza son desiguales. No es lo mismo generar condiciones de igualdad, que generar condiciones de equidad.

Generar condiciones de equidad es mucho más complicado, porque implica reconocer que cada familia es distinta y obliga, en consecuencia, el gobierno a acercarse a cada familia para ver cuáles son los tipos de apoyo que la van ayudar a acceder a sus derechos.

Y eso es algo que tenemos que hacer si queremos a aspirar a mejorar.

Necesitamos un buen entorno para hacer negocios, y esta idea la voy a desdoblar en dos -ya me vio feo Juana porque dice que no debo de decir desdoblar ni instrumentos- pero la voy a platicar en dos partes: la primera parte tiene que ver con el entorno macro, con el entorno de confianza para hacer negocios; y la segunda con el entorno particular. Y voy a poner dos ejemplos y con eso termino.

Cuatro veces se ha perdido la confianza en México en los últimos años: se perdió entre 82 y 83, tuvimos una recesión entre 2000 y 2002, enfrentamos la crisis financiera entre 2008 y 2009 y tuvimos una crisis de confianza resultado de la elección en Estados Unidos y la incertidumbre que eso generó, en términos de cómo México la iba a sortear.

En los cuatro casos cayó el precio del petróleo, cuando más cayó fue el año pasado, en la crisis que tuvimos entre el 14 y el 16 que cayó 71 por ciento.

En los cuatro casos el entorno internacional se descompuso, en tres de los cuatro casos México dejó de crecer, la única vez que creció fue en la última crisis de confianza que tuvimos.

En 2 de los 4 casos cayó el empleo, no en 2014 y 2016.  En 2 de los 4 casos hubo un deterioro en la situación de deuda, en 82 y 83 mejoró el nivel de deuda porque no nos prestaba nadie, y en 2014 y 2016 mejoró porque hubo un gran esfuerzo de contención de gasto.

Todo esto para decir que la confianza importa, que en un contexto muy difícil, México, con un choque que en cualquiera de los periodos anteriores lo hubiera asumido en crisis, salió adelante. Y salió adelante porque tenía capacidad de generar confianza en los mercados.

Debiéramos en consecuencia, los candidatos y los ciudadanos pedirle a los candidatos, que digamos cómo queremos preservar esa confianza.

¿De qué dependía la confianza en México? De que tuviéramos un Superávit Primario. ¿Esto qué quiere decir? Que México por primera vez en 9 años, el año pasado, dejó de pedir prestado para pagar intereses.

¿Qué más pasó? Crecimos por arriba de lo esperado, y lo hicimos, entre otras cosas, porque bajamos el nivel de deuda y eso permitió que mejorara la calificación del país.

En esta elección uno de los temas que está de por medio es este, tenemos que entender qué es lo que plantea cada uno de los candidatos para ver si lo que estamos planteando es sostenible, si lo que estamos planteando preserva o no el entorno de confianza.

Y el entorno de confianza es importante porque cuando la tenemos se invierte en el país y cuando la perdemos se deja de invertir. Y cuando se deja de invertir se pierden empleos y se genera pobreza.

Déjenme poner un ejemplo de cómo podemos generar confianza y mejorar el entorno para hacer negocios en un sector.

¿Qué implicó la Reforma Energética? Y ustedes me van diciendo si eso les resulta familiar y pertinente.

Lo primero que implicó la Reforma Energética fue simplificar los trámites para los que estaban en ese sector. Antes el control y la burocracia que se tenían sobre PEMEX, que era la única industria, era enorme. La cantidad de papeleo y de regulación que enfrentaban, aun siendo una empresa del Estado, era muy importante.

¿Qué implicó la Reforma? Una simplificación relevante en la relación entre el gobierno y quienes participaban en el sector energético.

¿Qué más implicó la Reforma? Un régimen fiscal flexible, un régimen fiscal que entendía que cada campo era diferente, que cada circunstancia era diferente y que, si queríamos que el país creciera, teníamos que darle a la actividad un marco fiscal que le permitiera a ese sector crecer.

¿Qué más implicó la Reforma? Certeza en los contratos, que se pudiera planear, que se pudiera planear de largo plazo, que no cambiaran las reglas del juego periódicamente.

¿Qué más implicó? Que hubiera participación y libertad de decidir cómo desarrollar el sector y de qué manera.

¿Qué más implicó la Reforma? Abrir espacios para que el negocio se pudiera hacer como cada quien quisiera hacer el negocio. El gobierno dejó de meterse en la forma en la que se hacia el negocio en cada empresa dentro del sector energético.

Y, además, implicó reconocer que, para que se desarrollara el sector energético, tenía que haber una buena coordinación, no podían explotarse los campos como cada quién quisiera, tenía que coordinarse la evolución de cada campo para que se explotara reconociendo que había diferentes mercados, diferentes segmentos y tenían que coordinarse distinto.

¿Todo esto les resultó más o menos familiar, en términos de lo que nos gustaría que pasara en un sector? Porque es exactamente igual de lo que nos gustaría que pasara en su sector.

Si en vez de hablar de la Reforma Energética estuviéramos hablando de su sector, la agenda sería exactamente la misma.

¿Qué es lo queremos para este sector? ¿Qué es lo que debiéramos de buscar en este sector si lo tratáramos igual que tratamos el sector energético? Quisiéramos simplificar los trámites, quisiéramos que la relación entre el gobierno y ustedes fuera una relación mucho menos burocrática que la que hoy tenemos, quisiéramos reconocer que el régimen fiscal les permitiera hacer su trabajo.

Hoy el régimen fiscal que tenemos extrae por diseño prácticamente toda la utilidad de quienes integran esta cámara.

¿Qué más quisiéramos? Certeza jurídica, transparencia en los contratos y que tengan un entorno de planeación.

¿Qué más quisiéramos? Que pudieran hacer su negocio como quisieran, sin que tuvieran que cargar con la forma con como los políticos decidimos hacer comunicación política y les quitamos espacios que podrían comercializar para usarlos nosotros para mandar los mensajes que queremos mandar.

Con dos problemas: el primer problema es que se los quitamos desde hace cuatro años y dejamos que lo usara solamente una persona, una persona y media, porque fueron cuatro años y luego año y medio.

Y después quisimos compensarlos metiendo 20 millones de spots por coalición, lo que le quita a ustedes buena parte del espacio y atosiga a una ciudadanía que no está encontrando en esto un buen modelo de comunicación política.

¿Qué más quisiéramos? Que pudieran hacer ustedes negocio como ustedes consideraran, sin que buena parte de su espacio comercial estuviera comprometido por nuestro modelo de comunicación política.

¿Y qué más quisiéramos? Reconocer la madurez de cada mercado para que en cada mercado hubiera el número de concesiones que permitiera un desarrollo armónico.

Esto es, lo que ya aprendimos que funciona en sectores muy importantes como el energético, tendríamos que aplicar como elección en la agenda que ustedes nos han planteado para que su sector tuviera el nivel de desarrollo que se merece.

Y eso me comprometo a hacer en mi gobierno.

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