Hay más indignación que miedo según encuestas

En 2006, la campaña de Felipe Calderón -de la que Roberto Gil Zuarth formó parte- acuñó la frase: “López Obrador es un peligro para México”.

A más de una década de distancia, el senador que esta semana ha anunciado su retiro de la política considera que hoy ve “más indignación que miedo“.

En entrevista para #AristeguiEnVivo, expuso que “el PAN debe hacer un esfuerzo mucho más sofisticado que reproducir la estrategia del peligro para México para ganarle a Andrés Manuel López Obrador. Si el PAN le quiere ganar a AMLO lo primero que tiene que hacer es escuchar al electorado que está detrás de López Obrador y ofrecerle respuestas. No es asustando a la gente, es teniendo empatía en lo que están pensando, lo que están sintiendo y lo que quieren esas miles, millones de personas que ven en AMLO la alternativa a su circunstancia”.

Aclaró que cuando pidió dejar el “cuento del peligro para México” se refería a que, como en las campañas se hacen relatos, “mi preocupación va en el sentido de si sirve para movilizar un electorado o argumento para construir una mayoría social, me parece que no”.

“Yo veo hoy veo más indignación que miedo, eso dicen las encuestas y si entendemos que la indignación debe ser canalizada a través de la política, la indignación no puede ser canalizada a través de más indignación. Se tiene que entender que detrás de lo que significa AMLO hay una parte de la sociedad mexicana que debe ser escuchada; no vamos a construir un país haciendo como si esa parte de la sociedad no existiera”, sostuvo.

Apuntó que la gente que está “volteando a ver” a López Obrador tiene un punto a tomar en cuenta: una serie de demandas que requieren ser satisfechas.

Por ello propuso que si Obrador tiene disposición de diálogo “hay que tomarle la palabra y sentarlo”, para que diga con claridad a qué se compromete a “no mover”, en referencia a “conquistas de 30 años de evolución institucional”.

“Yo no me imagino, no me salen las cuentas, Carmen, pase lo que pase, gane quien gane, cómo vamos a pretender construir país marginando a una parte importante del electorado“, comentó.

Retirado

Sobre su retiro de la política, a unos meses de que concluya su periodo como legislador, comentó que tomó la decisión en diciembre pero no la ejecutó por la discusión de la ley de seguridad interior.

Recordó que son públicas las diferencias que tiene con la dirigencia del PAN y con Ricardo Anaya, pero advirtió que no dejará de ser militante de ese partido.

“Estoy obligado a un acto de congruencia… lo menos que puedo hacer en no estorbar… No voy a claudicar en la forma que pienso”, indicó.

Respecto a la decisión que tomó su compañero Javier Lozano de irse a apoyar la campaña de José Antonio Meade -de quien ahora es vocero-, dijo que entiende sus razones, pero él no haría lo mismo.

“No dejaré la militancia en el PAN, seré un militante más. No voy a buscar ni tratar de ocupar un cargo partidario en el corto, mediano o largo plazo. No estoy en búsqueda de chamba ni de otro equipo ni otro proyecto”, precisó.

Aunque en el caso de Margarita Zavala “le voy a ayudar en todo lo que me pueda y me pida”, “si yo le puedo ayudar en algo ahí estaré”, adelantó.

“En estas coyunturas no tengo cabida en el PAN”, consideró, por lo que se siente “obligado a tomar distancia”.

Mencionó que su decisión no la compartió directamente con Anaya pero sí con una persona de su entorno, que asume le dijo al hoy precandidato presidencial.

Lamentó que su partido haya entrado en una lógica donde sólo piensa en ganar la Presidencia.

“A mí me duele mucho esa imagen de un candidato que pide a militantes que bajen sus banderas”, explicó. Y es que son muchas “renuncias ideológicas y políticas” las que ha habido con tal de que Anaya sea el candidato también del PRD y Movimiento Ciudadano.

Deploró también la lógica de que no le duela al partido “perder militantes” sino que a cada anuncio de salida o retirada los haga menos.

Respecto al espionaje o seguimiento que descubrió Anaya por parte del gobierno, comentó que “siempre es una tentación del poder” el espiar a los políticos.

Añadió que los sistemas democráticos requieren información de inteligencia pero “lo que me llama la atención es la precariedad” de estos servicios en el país, pues “el mejor es aquel que es eficaz y no se ve”, además de que no irrumpe en la forma en que se desenvuelven los contendientes.