La distinción que nos ocupa como ejemplo en el ámbito municipal fundamentalmente lo referente a una Ciudad limpia, sin embargo, la ordinaria tarea de ello, deja mucho que desear, pues es constante la ineficiencia en la recolección de la basura que hasta los últimos días de esta administración municipal de Aguascalientes, se siguen presentando escenarios de muestra de esta falla o desatención.
Al respecto, según comentarios de la propia ciudadanía realizados para El Látigo, manifiestan que en efecto si es el municipio capital en comparación con otros más limpio, pero se debe principalmente a la cultura ancestral de los ciudadanos que inculcan después esa condición de barrer sus banquetas, fomentando esa cultura, aunado a que el personal que opera estas labores en la Secretaría, son gente comprometida de por sí con su municipio sorteando las veces de jefes que solo son de membrete, tal es el caso de Héctor Anaya Pérez quien se dedica más a ganar reflectores que a aprender la tarea de administrar y ejecutar, pues muestras hay suficientes de ineficiencia en las distintas áreas adscritas a su responsabilidad, como además en Parques y Jardines, Alumbrado Público y la no despreciada función de la administración en la que, habría que indagar más para alertar a la próxima Presidente Municipal Tere Jiménez de actos fuera de razón y de procedimiento, pues el cumplimiento de la Contraloría, simplemente obedece a los intereses turbios de encubrir las faltas y no corregirlas ni sacar responsables.
Cabe señalar que como antecedente de esta nota periodística, han sido varias más las que acompañan esta descripción del desempeño de este dizque “funcionario” público y si le agregamos la comparecencia que se hiciera en el mismo cabildo ante los Regidores, que por cierto, solo quedó en una visita de cortesía desestimando tanto la Contraloría Municipal así como este Secretario, las instrucciones derivadas de la postura de este órgano de gobierno que es el Cabildo del H. Ayuntamiento para sancionarlo.
Ni hablar la historia juzga y al tiempo las cosas, pero hay situaciones que se deben atender sin menoscabo de encontrar argumentos falaces sobre el porqué no se cumplen con la responsabilidad de mantenimientos en áreas municipales, como las fuentes de las plazas del Templo de San José y la de Templo de San Diego, por citar solo unas de estas que están en el primer cuadro de la ciudad en condiciones de dar pena ajena, pues no hay que olvidar que las obras se realizan con recursos públicos y millonarios, para que se dejen en el olvido como elefantes blancos, es una rotunda falta de respeto a la ciudadanía, pero no es suficiente decirlo, mejor se debería de ponerle nombre a los hechos y tomar medidas de sanciones, que ilusión tan vana, pero los ciudadanos confían en que se combatirá la corrupción y se avanzará en la transparencia de lo contrario, simplemente se comen unos elotes ¿o que?.así lo afirman pensionados que acuden a estos lugares de manera frecuente.
Por Osharu.
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