Predilecciones gubernamentales atentan contra el pueblo.

Por Osharu.

En definitiva, lo más interesante al analizar las proyecciones de crecimiento sustentadas en acciones gubernamentales, o sea, observando la serie de predilecciones que se tienen, es decir, prefieren y avalan la construcción de desarrollo inmobiliarios, en lugar de incentivar la producción agrícola, por tan sólo mencionar un ejemplo de tantos otros.

Conscientes de tales decisiones, basta y sobra revisar desde diferentes puntos de vista, los comparativos que explican el atentado que indirecta o directamente causan al pueblo, en virtud de que, por un lado, si lo vemos desde el punto de vista económico, diremos algunas reflexiones al respecto, en afán de poner en evidencia el criterio tan mercenario y mañoso que impera en los gobernantes, incluso, se les convierte hasta tan atractivo ese tema de la construcción, que se adhieren a esa línea empresarial, pasando de políticos a connotados capitalistas en un corto lapso de tiempo.

Considerando la esencia de éste artículo, diremos también, no conformes con el daño ocasionado al medio ambiente, la erradicación de producción agrícola, aunado a las abusivas y engañosas compras de terrenos, es necesario esquematizar esa serie de acontecimientos, para concluir con las demostraciones de logros o prejuicios a final de cuentas.

Sobre el particular, anunciamos en primer instancia, el valor que representa el campo en materia económica, dado que, sin lugar a dudas, recordaremos que las actividades económicas son la base del aprove­chamiento de los recursos naturales. Estas actividades económicas se diferencian entre sí por el tipo de proceso productivo que se desarrolle.

Dentro de esa descripción, manifestamos la razón en la que, la actividad económica está dividida en sectores económicos. Su división se realiza de acuerdo a los procesos de producción que ocurren al interior de cada uno de ellos. Según la división de la economía clásica, los sectores de la economía son los siguientes: Sector primario o sector agropecuario, Sector secundario o sector Industrial, Sector terciario o sector de servicios.

Atendiendo las diferenciaciones o ubicaciones precisas, aseguramos que las hipótesis falaces vertidas oficialmente, como argumento justificativo, en el sentido de que, “no es rentable el campo” es imprescindible sintetizar ciertas cuestiones alusivas al nivel de alimentación como medio de salud, por mencionar algo de lo que a la población, indistintamente le interesa.

Invariablemente, esto se convierte en un tema trivial, pues si le cuestionamos a los que construyen fraccionamientos, o en su caso, a los poseedores de viviendas millonarias, dirán que es mejor un fraccionamiento residencial a que se de, como se muestra en las fotografías, una parcela de maíz, por cierto, cabe señalar que esa evidencia en ésta ocasión, la encontramos a la altura de la pomposa Av. Garza Sada, sitio, donde aún se puede cultivar el maíz, el cual, transformado se convierte en un sano y delicioso alimento; bastaría y sobrara contemplar la generación de enfermedades, a causa de una mala alimentación, para enmarcar el serio atentado que a la postre, alcanza a un gran número de la población.

Finalmente, elegiremos el análisis anterior para identificar la cadena en cuestión, agregando, es un porcentaje muy corto de la ciudadanía, o son gente avecindada en Aguascalientes, los posibilitados para la compra de esas vivencias residenciales, derivado de la búsqueda de una mejor calidad de vida ó el incremento patrimonial, más sin embargo, irrefutablemente, las necesidades alimentarias se extienden para todos, de la clase social que sea, pues aunque se quiera arropar con argumentos vanos, correspondientes, a que los productos se encuentran en tiendas comerciales, la pregunta obligada sería ¿si se convirtieran todas las tierras agrícolas del lugar que sea, en casas, qué se comería? ni hablar, dejamos la temática, sin menospreciarla y sí, deduciendo los intereses capitalistas en lugar de sociales, los adoptados por los responsables de gobernar, desde hace tiempo atrás, sin excepción de siglas partidistas, al fin y al cabo, se compaginan en sus voraces pretensiones y deseos.