Por Osharu.
La historia nos marca la evolución de la vida democrática en México, por ello, la medida de suprimir el financiamiento público a los Partidos Políticos solamente genera que caiga en la plutocracia, dejando al margen a las clases populares, o sea, únicamente los empoderados capitalistas tendrían acceso a la dinámica pública de la política.
En otras palabras dichas por el Regidor del PRI Netzahualcóyotl Ventura Anaya para El Látigo, mencionó que los más ricos ordenarán sin rumbo político, ni bases, cumpliéndose estilos muy individualistas, donde dejan de lado la voluntad de las mayorías que actualmente se agrupan en Partidos Políticos.
Sería mejor pensar en la exigencia a los Partidos donde den cuentas del empleo de sus prerrogativas, en lugar de simular actos que contrastan con las realidad, o sea, en ocasiones hasta se inventan ceremonias, compras o renta de servicios, eso sí, debe transparentarse verdaderamente, los recursos públicos que se utilizan deben encaminarse a la construcción de la democracia, que tanta falta les hace a los Institutos, donde con esto, se motive al fomento de la participación ciudadana.
La mal utilización de los financiamientos públicos y privados, se tienen por ley que sancionar sin distingo alguno, es decir, no basta con pedir que se eliminen, mejor que se ordenen y cumplan las condiciones de transparencia y rendición de cuentas, que luego a veces, es el mayor reclamo del ciudadano.
Es importante resaltar que la participación ciudadana, es necesaria para generar una retribución democrática permanente, por tanto, es preciso recordar que la Constitución abre la oportunidad de participar de la población en materia política.
Se hace necesario, que de acuerdo a la propuesta que realizarán jóvenes universitarios a través de una iniciativa ciudadana de ley, se debata con puntualidad con todos los dirigentes de los Partidos Políticos para determinar escenarios de obtención de conclusiones, para darle mayor claridad a estos temas, no siendo el falso debate la ocasión mercenaria para desacreditar estructuras e instituciones políticas, mejor debe buscarse el afán de que el ciudadano se informe para que exija y se le cumpla.
Resume y termina esta interesante reflexión de la inquietud presentada y expuesta con los cuestionamientos de El Látigo, con la aseveración de que la opacidad en la fiscalía son los actos rendija de la corrupción, señal de lo que urge resolver y atender para el reconocimiento cierto de la ciudadanía, afirma Netza.
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