Leyendas urbanas en el MuniAgs.

Por Oscar Manzano.

A pesar de la promulgación de ese ocurrente Programa gubernamental municipal denominado 4×4, sin lugar a dudas, se advierte, como un serio reto gubernamental tras encontrarse con todas las demandas de la existencia de todas aquellas leyendas urbanas que comúnmente se tienen sin distingo, a lo largo y ancho de diferentes sitios en el MuniAgs, o sea, sencillamente son tantos los rezagos por atenderse, que se presume persistan como ha solido suceder, durante tanto tiempo.

Considerando un breve pero significativo ejemplo, asociamos lo ocurrido en la reciente y faramallosa obra correspondiente al “Rescate del Barrio de la Purísima”, misma que, sin tener tanto tiempo de realizada, es más, sin haberse inaugurado siquiera, se “extraviaron” lámparas, bancas y lo `peor de todo, se dañaron algunos adornos estéticos como se exhibe en ésta publicación, sin que se hayan atendido y/o reparado siquiera, dejando de manifiesto, la actitud protagónica únicamente de los deberes en el ejercicio de gobierno.

Dentro de las observaciones cotidianas, podemos asumir también como fallas, todas y cada una de las arterias viales que presentan hoyos, como las de calles del centro de la ciudad, como es el caso de la de Cosío, por mencionar uno de tantos más que se tienen, por doquier.

Cabe mencionar, además, el hecho en donde se manifiesta una seria contradicción, en virtud de que, se colocan macetones con miras a decorar la estética urbana, realizándose gastos tan onerosos del erario municipal, desde administraciones anteriores y en la actualidad, aspecto por demás bochornoso, tras apreciar el estado en descomposición que se da en gran parte de ellos, siendo incluso, una reverenda falta de respeto hacia la ciudadanía, sobretodo, la que en su haber, demanda un uso adecuado y destino óptimo de los recursos públicos, en lugar de inventos mediáticos como lo ejemplificado, que se convierten en restos de obras decorativas, dejando en ello, la pregunta ¿qué no se cobra a los responsables de los daños? ¿de no ubicar a los responsables, se identifica como una alta inseguridad, esa que, argumentan no existir? ó bien, ¿se les olvidará presupuestar esos mantenimientos correctivos? en resumen, ¿dónde queda esa ciudad presumible como Corazón de México? ni hablar, sí, que nos ilustran todas y cada una de las observaciones, para tener en cuenta, las múltiples oportunidades que sirven para alcanzar a visualizar, los olvidos, ignorancias, o de plano, incumplimientos en materia de supervisión y/o soluciones a dichas problemáticas.

Inevitablemente, el tema de las banquetas, a pesar de haberse destinado “hipotéticamente” dicho, inversiones millonarias, se encuentran un sin fin de pendientes por atenderse, en ese sentido, motivo por el cual, reiteramos, a través de las interrogantes en voz de los ciudadanos ¿dónde y cuantos recursos se emplean?, en asuntos, que comúnmente continúan sin solucionarse, como el aquí demostrado, que se ubica en la calle Francisco I. Madero, desde luego, en la zona centro, donde se supone, existe una atención municipal oportuna y eficaz, según la deducción ciudadana.