Por Osharu.
Contemplando las acciones emprendidas por inspectores de PROFECO, en las cuales, se deja de manifiesto el resultado de una clausura de una bomba de combustible de la totalidad de las que se tienen en la gasolinera, ubicada en el norte de la ciudad de Aguascalientes, sobre la Avenida Independencia, es motivo para reflexionarlo, toda vez que, dentro de los argumentos justificativos para éste medio, a cargo del personal de esa dependencia federal, lo fue, el razonamiento explicativo de que se clausuró, por dar más cantidad de gasolina que la adquirida, situación por demás extraña, curiosa e inverosímil, digo, pues si algo se busca de parte de los consumidores, es precisamente que se les respete lo que se compra en cantidad y costo, en fin, se queda en la interpretación éste operativo, donde agregaríamos, se asistió en vehículo sin identificación oficial, que pueda dejar con precisión los responsables que ejecutaron tal clausura, haciendo más extraña la cosa, dado que, se supone que acudieron en representación de la dependencia federal en cita, pero sin emblemas oficiales para su identificación correspondiente, pues están regulados el uso y empleo del patrimonio gubernamental como lo son los vehículos, bueno, eso sería lo correcto en la apreciación de la ciudadanía, para garantizar su debido y responsable uso de los mismos.
Cualquiera que fuere la respuesta a estos comentarios, en definitiva, es de asombrarse que se realicen las inspecciones, después de esa crisis del desabasto, pero, sin lugar a dudas, se convierte en una acción obligada que le da certeza a los consumidores, aunado a que se presta en algunas otras ocasiones, a sostener una campaña de cacería con temas recaudatorios, como lo manifiestan empresarios de éste giro.
Finalmente quedó en un ejemplo con sus asegunes, pero que limitó la carga de esa toma de gasolina verde, dejando la incógnita, ¿ni por dar más gasolina, según versiones oficiales, les perdonan la multa?.
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