Por Oscar Manzano.
Invariablemente que el interés de la ciudadanía se focaliza en observar las actuaciones, disposiciones y ejemplos que exhiben algunos funcionarios públicos, no fue la excepción, lo percibido durante la Glosa del 4º Informe de actividades del Gobierno del Estado de Aguascalientes, particularmente el hecho en donde ingresa con estupor y cinismo el Coordinador General de Planeación y Proyectos, Ricardo Alfredo Serrano Rangel y su comitiva, al edificio sede del Poder Legislativo en la entidad, dejando en ello, una seria lectura y crítica de parte de ciudadanos, sobre todo, a los que se les niega el acceso a esas oficinas públicas, ya que, bajo el argumento de la pandemia, sencillamente se les impide su ingreso, en especial, a personas con capacidades diferentes, tal y como se demuestra en ésta publicación.
A lo antes referido, añadimos la breve descripción de los hechos, consistentes en meter hasta el vestíbulo de ese Congreso del Estado, las bicicletas en las que se trasladaron quizá, por la ocasión, para matarle el ojo el macho de concordar con lo tanto pregonado del uso de éste tipo de transporte, sin embargo, en lo sucedido, surgen cuestionamientos ciudadanos críticos ¿porqué a ellos sí, se les permite entrar hasta con bicicletas y las personas no? ¿cuidaron la sana distancia al ingresar? ¿de usar ese tipo de transporte, conocerán sus carencias como espacios de estacionamientos, ciclovías, seguridad vial?.
En definitiva, como dice el dicho “el buen Juez…por su casa empieza” ¿verdad? es aplicable para esa experiencia que ocurrió, por tanto, esos ansiados proyectos de movilidad que se ufanan en establecer de manera ordinaria, las asociamos con éste tipo de reflexiones, para descubrir realmente el interés que se le pone a esa temática, de resolver las necesidades de la población, en materia de movilidad, puesto que, si analizamos lo aún existente, se le ha quedado a deber a los usuarios con la cuestión del transporte público que continúa viciado, aletargado y que decir, los paraderos improvisados en muchos lugares, no cumplen con su encomienda.
La intención no deja de ser un atractivo para el ánimo de la ciudadanía, sólo que, se contrapone con lo que comúnmente se observa, es el caso, de lo que percibimos y que no tuvo pudor ni recato alguno, generando la molestia, invariablemente, aspecto para tomarse en cuenta, empezando por erradicar las elitistas decisiones que se imponen en el seno del Congreso del Estado, olvidándose por completo de que es un ente público, además de los funcionarios públicos que tienen que entender lo que padecen los ciudadanos, y no, actuar con ocurrencias vanas, en bien de los “aparentes” objetivos esperados.
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