El giro inesperado de regresar a dicho tratado comercial tiene lugar en medio de los esfuerzos de la Casa Blanca para encontrar formas de proteger al sector agricultor estadounidense, el cual podría ser afectado severamente por las políticas comerciales de Trump.
Regresar al Acuerdo Transpacífico representaría un cambio inesperado en las políticas de la administración Trump, quien durante mucho tiempo criticó el tratado hasta que retiró del mismo a la Unión Americana en enero pasado, lo que representó su primera gran decisión dentro de los acuerdos comerciales del país.
El mandatario ha sostenido en repetidas ocasiones que él prefiere negociar acuerdos comerciales de país a país en vez de llegar a tratado multinacionales, una táctica que según Trump le da ventaja a Estados Unidos sobre sus socios.
Sin embargo, el riesgo sobre una guerra comercial con China ha aterrorizado a los agricultores estadounidenses, quienes exportan gran parte de sus productos al extranjero.
La respuesta agresiva de China a las amenazas de Trump están dirigidas específicamente a productos de zonas de Estados Unidos que fueron fundamentales para que el magnate llegara a la Casa Blanca.
Una guerra comercial con China podría ser particularmente devastadora para las economías rurales estadounidenses, específicamente para aquellas dedicadas al ganado porcino y a la siembra de soya y maíz.
Alrededor de dos terceras partes de las exportaciones de soya de Estados Unidos tienen como destino China.
Los países firmantes del Acuerdo Transpacífico son Brunéi, Chile, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. Estados Unidos es la única nación que se ha retirado del tratado.
Información LDD
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