Reseñas Tiberio Julio César Augusto.

Reseñas Tiberio Julio César Augusto.
Reseñas Tiberio Julio César Augusto.

TIBERIO JULIO CESAR AUGUSTO
(NOV DEL 42 A.C. –MARZO 37 D.C.)

Por: Profesor Luis Aguilar

Siendo Tiberio Cesar Emperador de Roma, Tito, Rey de Aquitania tenía su corte en una ciudad Libia de nombre Burguidalla, Tito estaba bajo el dominio de Tiberio, lo mismo que Herodes, tetrarca de Galilea y por ende Poncio Pilato, gobernador de Judea, personajes casi todos distantes unos de otros, sobre todo si tomamos en cuenta la época de la que estamos hablando en la que los medios de comunicación eran rudimentarios, pero por lo mismo resulta sorprendente el dominio de los Imperios que se extendía a lugares insospechados, ejemplo para la historia, El Gran Imperio Romano.
En esa época las enfermedades diezmaban poblaciones enteras y eran como plagas apocalípticas la lepra, el cáncer, la peste y otros monstruos que actualmente siguen haciendo estragos en los seres humanos; por supuesto como hoy en día no respetaban clase social ni jerarquía, por tanto habrá que decirlo, Tito no era muy agraciado a pesar de su posición de rey, dado que el cáncer le había consumido la fosa nasal del lado derecho hasta amenazar con destruirle el ojo, la llaga era impresionante y su aspecto grotesco.
Por otra parte a Tiberio igual o menos que a su hijo adoptivo Calígula, se le atribuyen una serie de actos violentos y depravaciones, sobre todo cuando estuvo en cautiverio en la Isla de Rodas en realidad autoexilio que sin ser clarificado, se menciona la vergüenza y humillación que sufría por los constantes desvaríos de su esposa Julia en sus nocturnales aventuras, pero el caso es que también Tiberio padecía una serie de enfermedades, que le mantenían el cuerpo ulcerado, con fiebres y siete tipos de lepra.
Natán, un aventurero ismaelita hijo de Naúm, nacido en Judea, que dedicaba su vida a viajar por el mundo conocido navegando por todos los mares, fue enviado ante Tiberio con la misión de entregarle el pacto firmado entre Roma y los judíos, pero por azares del destino el viento lo desvió a Libia donde Tito lo interrogó; luego de enterarse de su cometido, le pidió ayuda para curar su avanzado mal y en su desesperación le ofreció grandes riquezas si le conseguía alguna hierba o ungüento que le devolviera la lozanía de su rostro.
Natán le dijo un tanto desalentado a Tito: es algo difícil lo que me pides y yo jamás he sabido de remedio similar a lo que solicitas en todos mis viajes por los puertos y países, pero si hubieras vivido en Jerusalem habrías conocido a Emmanuel quien a parte de sanar los pecados curaba con solo sus manos y su palabra a los leprosos, hacía andar a los paralíticos y después de cuarenta días de muerto resucitó a Lázaro, luego de su pasión resucito de entre los muertos él mismo.
El incrédulo Tito escuchó a Natán de los prodigios de Emmanuel para finalmente lamentar con todo su corazón la pérdida de tan magnífico Señor, mencionando que Tiberio, su rey, atribulado por sus llagas, úlceras y lepra y él mismo lastimado en su cuerpo su espíritu y su amor propio mientras los judíos habían dado muerte a tan ilustre y milagroso doctor sin causa justificada dejándolos a ellos que gobernaban sobre todas esas tierras y gentes sin oportunidad de ser atendidos.
Luego exclamó desesperado: si esos malditos judíos estuvieran frente a mi los mataría con mis propias manos…Dicho esto por Tito y salido desde el fondo de su alma milagrosamente su rostro quedó limpio y terso como piel de bebé, lo mismo sucedió con los enfermos que estaban ahí presentes, quedaron todos curados.
Luego sentenció” Mi Dios y mi soberano, tú a quien nunca he visto y que me has curado, haz que yo vaya por mar a la tierra donde naciste, para que tome venganza de tus enemigos, y ayude señor a destruirlos y a vengar tu muerte y entrégalos en mis manos.”
Con ese fin, comisionó a Vespaciano al mando de cinco mil hombres, celebraron un Consejo y salieron de Burguidalla en buques y arribando a Jerusalem lo atacaron, causando una gran confusión entre los reyes judíos por las destrucciones que estaban causando.
Arquelao, hijo de Heródes el Grande, se suicidó por esa causa, los reyes de Judea celebraron un consejo para la defensa pero Tito y Vespaciano habían sitiado la ciudad de Jerusalem, un bloqueo realmente cruel porque duró alrededor de siete años en los que se agotaron los víveres a tal grado que relatan las crónicas que la gente comía tierra.
Desesperados prefirieron matarse unos a otros antes de ceder a los romanos el orgullo de vencerlos, eso provocó una serie de infecciones catastróficas y un hedor insoportable ante la incapacidad de enterrar a los muertos o arrojarlos fuera de la ciudad, se dice que fueron más de doce mil los autosacrificados.
Los reyes judíos acabaron por rendirse, entonces Tito y Vespaciano ordenaron lapidar una parte de ellos a otros los crucificaron pero en desagravio a lo que hicieron con Emmanuel, los colocaron en la cruz con la cabeza hacia abajo, otra parte de los judios fue vendida para la esclavitud a treinta hombres por un dinero en lugar de un hombre por treinta dineros.
Luego enviaron emisarios a Tiberio Emperador de Roma.
Tiberio esperanzado envió a Velosiano con la misión de buscar alguno de los discípulos de Jesús para que lo curara de la lepra, pero Velosiano aprovechando la ocasión preguntó a Tiberio, si señor, acataré todas tus órdenes, pero a cambio ¿ que darás a aquel que te ayude a liberarte de tus enfermedades?, le daré la mitad de mi imperio, contestó Tiberio( una y otra vez se comprueba que de nada sirve la más grande de las riquezas si la salud no está presente).
La travesía de Velosiano por el mediterráneo duró un año y siete días, lo que me hace deducir que en realidad no era tan velosiano, al llegar a Jerusalén encontró a José de Arimatea y a Nicodemo quienes fueron testigos de la muerte de Jesús e incluso de su mausoleo y resurrección, en esas entrevistas, se acercó a ellos la Verónica y contó el milagro del lienzo sagrado con la faz del salvador.
Ante la negativa de entregar su reliquia Verónica fue atormentada, y así por las buenas si la entregó, pero pidió viajar con Tito hasta Roma para adorar el lienzo hasta su muerte.
Luego de otro año de travesía arribaron a Roma nuevamente, de esa manera Tito y Vespaciano informaron a Tiberio que todos los príncipes y soberanos de Judea habían sido crucificados, Anás y Caifás murieron apedreados, Arquelao muerto con su espada esgrimida por él mismo y Pilato encadenado y enviado a la prisión de Damasco. Luego le informaron del lienzo sagrado, a lo que Tiberio exclamó tiéndelo ante mi para que lo adore de hinojos.
Al adorar Tiberio la esfinge del señor, quedó curado, lo mismo que los enfermos que estaban cerca de él.
La sentencia emitida por Tiberio para Pilato era una muerte ignominiosa y ante ese negro futuro Pilato prefirió matarse con su propio cuchillo, su cuerpo fue lanzado al Tiber amarrado a la rueda de un molino, pero los espíritus impuros agitaban el agua, provocaban tempestades y truenos, entonces lo transportaron al Ródano pero los espíritus malignos se reunieron otra vez y hacían lo mismo que en Roma, entonces lo llevaron a Lausana pero los demonios no dejaban de molestar a los habitantes de la ciudad, así que decidieron llevarlo más lejos y lo arrojaron a un estanque rodeado de montañas donde según los relatos se siguen manifestando en nuestros tiempos los malos espíritus haciendo burbujear las aguas.

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