Este miércoles, la calificadora crediticia Fitch anunció el cambió de la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa. Sin embargo, mantuvo por el momento a la deuda del país en un nivel BBB+, con un moderado riesgo de incumplimiento en el pago de las obligaciones financieras del país.
Al respecto, la calificadora señaló que la revisión a una perspectiva negativa se debe a un mayor balance de riesgo del perfil crediticio del país por la incertidumbre provocada por el próximo gobierno en términos de política pública y de la soberanía de Pemex.
Añadió que aunque esperan que el gobierno de López Obrador mantenga su promesa de mantener la disciplina financiera y la autonomía del Banco de México, los riesgos fiscales del país persisten. A esto se suma la señal negativa enviada a los mercados con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
“Algunas promesas contenidas en el manifiesto de Morena y discutidas desde entonces por el equipo de transición, como el incremento en el gasto social y las pensiones, pueden ser difíciles de acomodar en el marco presupuestario. Su costo podría exceder el monto de ahorros que han propuesto, por ejemplo al restringir sus transferencias a los estados y eliminando los programas sociales ineficientes”, advierte Fitch.
Fitch señaló que espera que el deficit del gobierno federal alcance el 2 por ciento del PIB en 2018, además de que podría mantenerse estable en 2019, “sin embargo, continúan los riesgos en este pronóstico debido a la incertidumbre de la política fiscal de la próxima administración y un desempeño económico menor a lo previsto si la incertidumbre política persiste”.
Finalmente, Fitch señaló que pese a los riesgos, la calificación de México “continúa sostenida por una economía base diversificada, así como un historial importante de disciplina económica, que ha anclado la estabilidad macroeconómica y contenido los desequilibrios”.
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