Suertes charras del “Charro Ponciano” en el Bienestar de la 4T (Parte I).

Suertes charras del “Charro Ponciano” en el Bienestar de la 4T.
Suertes charras del “Charro Ponciano” en el Bienestar de la 4T.
Suertes charras del “Charro Ponciano” en el Bienestar de la 4T.
Suertes charras del “Charro Ponciano” en el Bienestar de la 4T.

Por Oscar Manzano.

En el entendido de apreciar las acciones emprendidas nada más y nada menos que del tan cuestionado “representante” oficial del Gobierno Federal de la Cuarta Transformación, es necesario resaltar además, sus anhelos de mexicanidad, muy a pesar de que cargue bajo cuesta, en su persona, la responsabilidad de sobrellevar las serias y exhibidas denuncias en su contra, correspondientes al robo del auto propiedad del Partido de MORENA, donde fuera Presidente incluso, o bien, de la usurpación de profesión, sin serlo, por ende, en el marco de ésta aseveración, bastaría darle una repasada histórica, en afán de ubicar sus nobles ideas de Charrería, puesto que, como dice Juan Pueblo “El hábito….no hace al Monje” así éste funcionario, que ni de Delegado, mucho menos de Charro serviría, es más, hasta el legendario actor mexicano que portaba trajes norteños como el “Piporro” no sólo se mofaría, sino, se ofendería, dado que, no es suficiente el usar un traje, menos de “Charro”, para enaltecerse como un digno mexicano, dado que, su uso de antemano, merece en demasía, respeto y reconocimiento a sus habilidades realizadas en el corcel, sin lugar a dudas, y no, para atender esos poses sui géneris, tal y como lo estiló éste político improvisado en las lides charras.

A todo ello, y con miras a la ubicuidad necesaria y obligatoria, al grano, como dicen los caballeros honrosos de ese deporte mexicano, cito, “La Charreria tiene orígenes con las Haciendas ganaderas, la Hacienda de Atenco, en el municipio de Tianguistenco de Galeana, en el Estado de México, fundada por Hernan Cortés, es la primera ganadería de América, por lo tanto, cuna de la Charrería” consecuentemente, la peculiar figura del “Charro mexicano es un símbolo de nuestra mexicanidad”.

Sobre el particular, además, el traje charro tiene, entre sus antecedentes, los atuendos de los jinetes hispanos, quienes portaban prendas extraordinarias, suntuosas, con adornos de plata y oro, siendo la ocasión para establecerse distinciones de clase, entre patrones y peones, recordando en sí, nuestros ancestros, se deduce que Maximiliano de Habsburgo, fue sin duda, uno de los grandes promotores inconfundibles del “traje Charro” al hacerse acompañar por gente de a caballo, que lucían su indumentaria, obligándome a trasladar los múltiples cuestionamientos, de parte de sus correligionarios MORENISTAS, ¿dónde queda esa manifiesta austeridad republicana? ó ¿la aparente sencillez de Andrés Manuel López Obrador? Ni hablar, dicen en mi Pueblo “dime de que presumes….y te diré de que careces” es el mensaje que concede con su ejemplo éste servidor público, que lejos de recordar esos principios de lucha social, se envilece con la arrogancia y soberbia, pregonando sus conquistas económicas y sociales, a costa del erario público, bueno, para no extrañarse, hasta incursiona en los círculos de sociedad, en los que, se destacan personajes demasiado identificados con el Ejecutivo Estatal, dejándose por consiguiente, grandes lecturas e interpretaciones, sobretodo, para los ciudadanos que en su momento, apoyaron incondicionalmente ese Movimiento Regeneración Nacional, y que detestaran todo lo que conllevaba a la escena de los “conservadores”, por tanto, empleando ese adagio popular “más cae un hablador…que un cojo” se dilucida el otro esquema actualizado de interés del “Charro Ponciano” de los jodidos, claro, Don Aldo Emmanuel Ruiz Sánchez ¿verdad?.

Cabe señalar que aunado al nacimiento de la Charrería, su extensión por toda la Nueva España y floreciendo en el Virreinato de la Nueva Galicia, que comprendía el actual Estado de Jalisco y sus alrededores. Posteriormente y poco a poco la Charrería creció, al generalizarse el uso de los caballos entre los habitantes de nuestro país, donde los hacendados y sus servidores de confianza hacían gala de su pericia y destreza en el manejo de los animales, consumando útiles y valiosas maniobras con arrojo, valentía y pericia.

Sin olvidar aquel año de 1880 donde la Charrería profesional tuvo su origen, fue entonces cuando apareció el famoso “Charro Ponciano” cuyas hazañas reconocemos por los corridos y canciones, es razón para tratar de bautizarle a éste pseudo político, metido a Charro, por lo menos, en el traje, mismo que, debería tener en cuenta, si era de Faena, Media Gala, Gala o de Etiqueta y Ceremonia, como nos lo comparten y exponen algunos expertos de esa disciplina.

De ahí, que, al igual que en la política, se exige una carrera curricular para observar las capacidades y desempeños en tal o cual cargo, así en éste deporte, donde se pide el conocimiento, destreza, experiencia y gusto para realizar las diferentes suertes establecidas en la charrería, las cuales, se resumen en cala, piales, cola, jineteo de toros, terna en el ruedo, jineteo de yegua, manganas a pie o a caballo, paso de la muerte.

En ese sentido, cabe la posibilidad de asemejar las descripciones de éstas, con el desempeño gubernamental a manera de rescatar algunas conclusiones, es entonces importante enunciarlo y comentarlo en otra nueva oportunidad, por lo pronto, dejamos una estrofa de aquella melodía alusiva a Ponciano:

“Ahi viene el charro ponciano
Dando vuelta a la estación
Viene pegando de gritos
Porque lo hicieron…”,

Ni hablar, es imprescindible mencionarlo, era la Estación o Puri su ex barrio, más aún, cuando hiciera sus nóveles “pininos” en la escena política-partidista de MORENA, mediante Ruedas de Prensa, en las que, arremetía en contra de los burgueses neoliberales priistas, panistas, incluidos los gobernantes actuales, será parte del show, al igual y como en las charreadas, pero el público juzga y existe un Juez Oficial… finalmente, dejamos las dianas del mariachi, por lo azul del traje que se puso, enalteciéndose inequívocamente por completo, su mexicanidad absoluta.

 

 

 

 

 

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