Por: Lic. Ricardo Melgarejo
Amigos todos; recurro a ustedes para su consenso y apreciaciones a esta exposición.
Artículo lleno de sentimientos, de dolor, de frustración, de impotencia, por todo aquello
que ha humillado a nuestras “Gloriosas Fuerzas Armadas” institución en el que el pueblo
tiene respeto y deposita toda esperanza para la pacificación de nuestro México.
Nuestro Ejército Nacional ha sido protagonista y sacrificado a lo largo de nuestra historia
nacional. No está por demás enfatizar, que todo soldado del rango que sea, siempre y por
delante la “lealtad” principio moral, respeto, fidelidad y compromiso con México, con el
pueblo y por el mando; entendida como la devoción sincera, voluntaria e infalible hacia
una causa, la cual hace con sinceridad y franqueza por querer hacer valer lo que es justo,
con el sacrificio de su propia vida, como ha ocurrido en infinidad de hechos.
Soldados con” honor”, un principio noble que representa el respeto hacia uno mismo,
con rectitud, digno e íntegro para dar cumplimiento a sus deberes.
Ejercito con” valor “cualidad que con ánimo que los rige al momento de llevar a cabo una
comisión, para resolver cualquier obstáculo y afrontar con éxito cualquier riesgo.
Milicia con “Abnegación”, dada al momento de anteponer los intereses propios por un
bienestar común, compromiso con la patria en cualquier momento, bajo cualquier
circunstancia, sin esperar recompensa alguna, solo la satisfacción del deber cumplido.
Todos estos valores que conforma a cada soldado, junto con el patriotismo, que cada
día busca demostrar con sus acciones el amor a México, aunado a un gran respeto por
nuestros lábaros patrios, símbolos por lo que cada soldado daría hasta su último aliento
por defender.
Ahora bien, como mexicano jamás aceptaré ver que civiles y delincuentes hagan de
nuestro Ejército Nacional, humillaciones, el maltrato, los desarmen, que sean vejados y
excluido de los derechos humanos, y menos ver que los utilizan como albañiles,
cargadores y otras actividades, las cuales no fueros adiestrados y formados para eso.
Jamás tener que verlos con miedo o cumpliendo acciones que los alejen de las personas
y los símbolos que juraron proteger. Sino un ejército que nos ayude alcanzar la idea de
que entre todos podemos hacer una mejor nación. No pienso en un ejército legislativo,
sino en fuerzas armadas que jamás atentarán contra la ciudadanía.
Pues al final, la historia nos ha enseñado que políticos, partidos y regímenes van y
vienen. Desde ideas loables hasta sueños fantasiosos, por la ambición del poder, pero
siempre con un ejército de visión clara y un objetivo loable, con la firme misión de
defender la integridad, independencia y soberanía de la nación, garantizar la seguridad
interior, auxiliar a la población civil y llevar a cabo acciones que aseguren el progreso de
nuestro país.
Y como reflexión, el Estado de Derecho en nuestro país, así como los Poderes e
Instituciones, que descansan en nuestras Fuerzas Armadas, me pregunto, ¿que estarán
pensando nuestros Generales ahora que sus soldaditos están siendo denigrados por
orden y aprobación de los altos mandos? .
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