Por Oscar Manzano.
Conscientes de los acontecimientos recientes suscitados en el ambiente político local, destacando las manifestaciones ciudadanas, esas que se realizan a menudo en las afueras de la Presidencia Municipal de Aguascalientes, orquestadas o no, dado que, se tienen por demás advertida la guerra política hacia la Alcaldesa del MuniAgs, por consiguiente, la participación indirecta de personajes inclusive del mismo Partido Acción Nacional , que decir, de simpatizantes y/o operadores del Vocero del CEN, claro, el ex Senador Herrera, empleados del GobEdo y demás actores afines a otros intereses ajenos a Tere Jiménez, quienes insistirán en desacreditar los trabajos en el MuniAgs, no se diga, en el tema del servicio del agua.
Aunado a lo antes referido, basta añadir todo ese repudio social tan latente que más allá de los intereses partidistas, la población muestra en torno al deplorable, co$to$ísimo y deficiente servicio concesionado del agua en el MuniAgs, tal y como se contempla en ésta publicación, siendo una constante tan repetida en diversos sectores del territorio municipal.
Sin lugar a dudas, tomando en cuenta la serie de reclamos continuos que se dan en función de la problemática existente; es importante citar parte de todos ellos, a manera de que las autoridades municipales, realmente concedan soluciones efectivas que aminoren lapreocupación que embarga a los ciudadanos, a grado tal, de “mejor comer en lugar de pagar ese servicio” a raíz de las altas tarifas que se presentan.
De lo descrito anteriormente, cabe señalar que a pesar de que se diga oficialmente que no están permitidos ni se dan los cortes del servicio, sobretodo en estos tiempos, en los cuales, se tiene la urgencia de lavarse las manos continuamente, tras la presencia del “Coronavirus”, temo confirmar que suele ser una verdadera mentira, para muestra un botón, luego de que, no conforme con cortarla, dejan el tiradero vía gotas en el medidor, sitio en el que se contabiliza mayormente el aire y no el consumo del agua, he ahí, las excesivas tarifas que se convierten en impagables, no se diga, por familias de senectos o gente que padecen alguna enfermedad.
La solución mediática se da, de acuerdo a la medida que concede descuentos, esos que van a cargo del erario municipal y que les cobra la empresa concesionaria, ni hablar, en la experiencia diaria, hay que decirlo, se cobran doble, dado que, una vez que se les otorga ese descuento, finalmente se cae nuevamente en la morosidad, al seguir facturando la misma cantidad que se sacan de la manga desde CAASA-VEOLÍA y en momento dado, se les regresa el adeudo original que se tenía, siendo así, una PANtomima de ayuda a la ciudadanía.
Otro de los lamentos populares, se da, cuando sin habitar los domicilios se siguen arbitrariamente cobrando cantidades exorbitantes, o bien, se basan en el argumento aquel que se tiene en los bares “consumo mínimo”, ese que sin lecturas adecuadas, o en su defecto, contabilizando el aire; se impone el cobro aparente del consumo y no, es el que a conveniencia de los intereses privados se emplea, situación de enfado y reclamo social que es apagado tradicionalmente con esa amenaza “ se le cortará el servicio entonces” dejando por ende, atados los beneficios del Pueblo, hasta con incremento de su deuda, al cobrárseles el corte del servicio.
Es imprescindible observar las tantas injusticias que se presentan, para cotejar contra lo que oficialmente tanto se pregona, es decir, en principio de cuentas, la firma comercial de intereses extranjeros, comúnmente siempre tiene la razón y esa es, lastimar los bolsillos de la gente, con la complacencia de las autoridades del municipio capital, se diga lo que se diga, si no, ¿pregúntenle a los ciudadanos? y lo verán, de lo contrario, se advierte el hecho irrefutable donde se volcarán en las urnas electorales, todos los desprecios, repudios, señalamientos, reclamos, desatenciones etc etc etc, en virtud de ser una de las problemáticas que persisten y seguirá siendo sin excepción, salvo a los privilegiados que ni medidor o tarifas cómodas les concedieron, desde luego, a costillas del más necesitado.
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