Extrañezas y definiciones asombrosas de la 4T.

Extrañezas y definiciones asombrosas de la 4T.
Extrañezas y definiciones asombrosas de la 4T.

Por Osharu.

Ineludiblemente que el devenir político en México nos obliga a revisar los sucesos instaurados en la tan afamada Cuarta Transformación, o sea la 4T, por parte del Mandatario Federal Andrés Manuel López Obrador, quién, con una persistente y reiterada campaña política a lo largo de todo el país, cifró anhelos, esperanza, ilusiones y lo no menos importante, el deseo de un Pueblo mexicano, harto de corruptelas, engaños, traiciones, de lograr una verdadera Transformación en la vida política, económica, cultural y social, a manera de obtener el mayor bienestar posible entre la población y por ende, de nuestra Nación.

Sin lugar a dudas, el arribo al poder gubernamental, mediante el Movimiento de Regeneración Nacional, ahora convertido en Partido Político, a través de la figura del creador y líder moral AMLO, representa una serie de vicisitudes ante el sentir de la ciudadanía, toda vez que, además de erradicar la mafia del poder representada fundamentalmente por gobernantes emanados del PRI y del PAN, se hacía necesario atender con urgencia el combate real a la corrupción, o en su defecto, añado, la implementación de la austeridad republicana, consistente en analizar la premisa ofertada de “No puede haber gobierno rico, con Pueblo pobre” así las cosas, en miras a conceder certidumbre y confianza a los ciudadanos, deseosos de la igualdad de oportunidades y/o el replanteamiento de acceso a mejores estándares de bienestar socialmente dicho.

En definitiva, todas las nobles intenciones oficiales plasmadas en el discurso político, se traducen en simpatías, adhesiones y alegría entre algunos sectores de la sociedad, aunque en contraparte, se generen interpretaciones diversas, que dan pie a ir evaluando los avances o retrocesos gubernamentales, por consiguiente, se pone el dedo en el renglón, en afán de observar con mayor detalle, la existencia de extrañezas y por tanto, definiciones en la nueva era del gobierno de la República Mexicana.

Considerando tales reflexiones, se deduce respetuosamente lo siguiente, la bien reconocida austeridad republicana, en los ojos de la población, significa también un razonamiento puntual, en virtud de que, como dice popularmente Juan Pueblo “Ni tanto que queme al santo…..ni tanto que no lo alumbre” así se entiende esto de quitar recursos públicos a ciertas adscripciones o programas gubernamentales, aspectos en tanto cuestionables, dado que, sin restarle mérito a la eliminación de gastos superfluos e innecesarios, también es preocupante enfrentar carencias de tipo social, por mencionar algunos, los faltantes de medicamentos, implementos médicos, tratamientos, o de plano, la no entrega de apoyos que generen bienestar colectivo, en otras palabras dicho, existen presupuestos para tal efecto, sin que sean ejercidos siquiera.

Como ya se dijo, no debe exagerarse en eso de los ahorros que se crean con la austeridad, es más, para enmarcar la política tan ruin y vil que está siendo tan característica en éste nuevo gobierno, determinamos que lo que realmente sucede es una reasignación presupuestal y punto, desprendiéndose inclusive, una serie de apreciaciones, entre ellas, el hecho de maniatar a los titulares en las dependencias del gabinete y consecuentemente, privar a los ciudadanos de los beneficios que son merecedores, tras tratarse de recursos públicos, ocasión que deduce, la condición de ser devueltos una vez que no se emplearon, dejándose al libre albedrío y discrecionalidad del actual Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, motivo por el que, se tejen sospechosas proyecciones del destino final que tendrían, aclarando, no precisamente robarlos, si no mal emplearlos con fines electoreros o político-partidistas, de ser así, se dará un gran retroceso a la vida democrática del país, favoreciendo únicamente los intereses de un absolutista instituto político, que es el que controla el rumbo de México en la persona de López Obrador.

Finalmente y tomando en cuenta los escenarios exhibidos, lamentamos la posibilidad de que esos dineros del presupuesto federal, vayan a parar a la partida del Ramo 23, siendo un cajón de gasto federal que controla la SHCP, teniendo la benevolencia de ser el único gasto que no se encuentra regulado por una ley, visto desde otro enfoque, el presupuesto de egresos y las distintas bases trimestrales dadas a conocer por Hacienda y Crédito Público, en especial, no se conoce a que estados se les aprobó recibir los recursos de Fortafin, dando mucho que desear, en el sentido de transparencia y rendición de cuentas, sobre el destino final de los recursos públicos federales.

 

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