Divinidad exclusiva……es la Mujer (Parte I)

Divinidad exclusiva……es la Mujer (Parte I)
Divinidad exclusiva……es la Mujer (Parte I)

Por Oscar Manzano.

Irremediablemente se hace indispensable aterrizar algunas ideas en el sentido de reflexión, acerca de los lamentables sucesos ocurridos no sólo en estos tiempos, si no, a lo largo de la historia, en razón de los asesinatos realizados a las tantas mujeres, particularmente en nuestro querido país que es México, en el cual, también sembró las lágrimas y sangre derramada por otras cuantas valientes damas que lucharon por una patria libre y justa, durante el movimiento independentista y revolucionario, he ahí, la cuestión para confirmar una serie de tesis que explican el verdadero valor hacia ese ser, considerado como una “Divinidad”.

Conscientes de que hasta por instinto, se hacen merecedoras a nuestro respeto, admiración y sobre todo, manifestación de amor, es imprescindible partir de esa definición conceptual de “Divinidad”, en miras a ubicar en su realidad a todos y cada uno de nosotros, por tanto, decimos es un “Ser sobrenatural al que se rinde culto en las religiones politeístas; los creyentes consideran que tiene poder sobre un ámbito concreto de la realidad y sobre el destino de los humanos.”

Retomando ésta profunda pero cierta descripción en sí, de las mujeres, damos cuenta de la concepción y valoración intrínseca que se le otorga, sin menoscabo ni subestimación a la interpretación de los varones, por consiguiente.

De lo antes expuesto, resalto dos aseveraciones, una, “es un ser sobrenatural” y dos, “tiene poder”, en afán de ahondar un poco más, al sentido de éste artículo, el cual, si bien es cierto, en ningún momento, busca parcializar la interpretación evaluativa del feminismo, al contrario, trata de exponer aspectos relevantes para en todo caso, concebir la grandeza de ellas, mujeres bellas, de entrañable fortaleza y amor sincero, que convierten con su esencia, en el deseo ineludible de todos los hombres, en el buen sentido de la palabra.

Considerando la primera aseveración, “ser sobrenatural” concede la valoración de grandeza indiscutible, más aún, obliga al reconocimiento de ser portadora de ese “Don” que deriva la maternidad, traducida en vida para dar vida, siendo motivo de orgullo inigualable, sin precedente; la segunda, le da aceptación de “poder sobre el destino de los humanos”, por ende, asociando ambas, deducimos esa verdadera divinidad, en la que se transforma la mujer en todo el sentido de la palabra, sin más ni más.

Sin lugar a dudas, en el devenir de nuestras vidas, encontramos aciertos y desaciertos que conllevan a dar cabida al papel que juegan las mujeres en todo ello, basta y sobra, recordar en primer instancia, el momento en el que, luego de un proceso de incubación, a lo largo del embarazo que normalmente dura nueve meses, se resume en la decisión inclusive, de definir la existencia de ambos, llámese mujer e hijo(a) o bien, de uno de ellos, por lo difícil que se presenta en ciertas ocasiones ese acto de alumbramiento; entonces, cabe la posibilidad de realizar una sencilla pero trascendental meditación en éste ejemplo, dejando como resultado, la aceptación de lo que conlleva el traer a éste mundo a un nuevo ser, integrante de la familia, a costa del angustioso peligro.

En todo lo anteriormente comentado, se genera la condicionante de asumir con responsabilidad y criterio de madurez, lo que eso implica, situación que muchas de las veces, sencillamente lo vemos como algo simple y sin chiste, o mejor dicho, no visualizamos todo lo que representa desde diversos enfoques.

Adoptando esa experiencia maravillosa, da pie a ubicar en su lugar, todas aquellas dudas, complejos, temores, chismes, sentimientos, ilusiones, deseos, en fin, se presta a armar una serie de planes futuros, partiendo de un presente que ya se tiene y que no se olvida.

Sintiendo la necesidad de ampliar la visión desde los orígenes, se expone ésta parte, para adentrarnos en el tema y culminar con el razonamiento del llamado feminista que se formuló en todo el país, denominado “un día sin nosotras”, por ahora, publico éste apartado, en el entendido de desarrollarlo y obtener una concepción más amplia, de los tantos detalles que se olvidaron y/o motivaron para que se llegase a ese objetivo de lucha social, sin dejar de pensar que ha sido histórica y sin fin a lo largo de los años, termino con la sustracción de un párrafo a cargo de Gabriela Cano Ortega, quién define “el feminismo “es un conjunto de ideas que busca transformar convenciones sociales, prácticas culturales y hábitos mentales relativos a las relaciones sociales y a las representaciones culturales de género, así como un movimiento social que se propone influir en las instituciones del Estado, la legislación, las políticas públicas y el sistema económico.”. dejando pendiente la parte complementaria de la columna escrita en ésta oportunidad.

 

 

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