Democracia en el PRI, es símbolo del mañoso “Dedazo”.

Por Osharu.

A lo largo de la historia del entonces perpetuado en el poder presidencial Partido Revolucionario Institucional; digo, bajo éstas siglas de PRI, donde se han escuchado, publicado, promocionado múltiples emblemas, que hacen las veces de aparentar la intención verdadera de cumplimiento, acerca de lo que se estipula en su lema original “Democracia y Justicia Social”, es decir, se ufanan en presumir la democratización al interior de éste instituto político, generándose diversos cuestionamientos, no se diga, entre la propia militancia, esa que aparentemente está harta de soportar las imposiciones de dirigentes y/o candidatos; consistentes en la apreciación, al igual de como el título de la publicación, que da pie a cuestionar ¿La democracia en el PRI, es símbolo del mañoso Dedazo?

De antemano y retomando la reflexión puntual en cita, observaremos lo ocurrido en la reciente elección de los integrantes que conformaron la fórmula que ocupará la Presidencia y Secretaría General del CEN. Alejandro Moreno y Carolina Viggiano correspondientemente, o sea, a pesar de haberse realizado una consulta nacional a la militancia del tricolor, es preciso agregar otros elementos que dan cuenta de la forma tan viciada como se implementó la supuesta democracia en el seno del Revolucionario Institucional, es decir, en principio, asumiremos obligadamente la razón de análisis, basado en la cerrazón que se dio a la participación como de Ulises Ruiz, quién se decía ser un reformador y demócrata, descripción curricular de cada uno de las y los personajes que pretendían dirigir los destinos de su Partido a nivel nacional, acto seguido y no menos importante, la identidad y sentido de pertenencia ideológico. Luego entonces, la realidad actual es que lo convierte relativamente hablando en oposición a MORENA, toda vez que, Andrés Manuel López Obrador figura como su líder moral partidista, encumbrado en el poder del Gobierno Federal, tal cual, lo hicieran en su momento lo priistas, y por tanto, en el marco del plano nacional se vislumbran dos hipótesis consistentes, una, de acuerdo al eco de las voces críticas en el Revolucionario, se deduce la apuesta de las cúpulas hacía más de lo mismo, experiencia que deja entrever la posibilidad de refundirlo, mediante la conversión de una oposición a modo del mandatario federal y la otra, sencillamente a consolidar los caprichos de intereses de grupos, que al caso es lo mismo, sin olvidarse de los antecedentes y asociación de los políticos dirigentes hacia actores non gratos y con visos de corrupción, en eso, se palpa por consiguiente, la ambigüedad del discurso, como en tantos momentos de la vida del ex aplanadora PRI, que demagógicamente promete ser Demócrata y Justo, sin olvidarse las repetidas veces que se hizo sin rubor alguno siquiera.